
Qué concepto tan interesante y escurridizo a la vez.
Por otra parte qué importante hoy en dia. Padecemos una plaga de cinismo.
El cinismo ejerce su poder negando la existencia del otro, en el fondo le dice "tú no existes".
Este es el mensaje básico, y sobre él justifica el abuso.
Lo paradógico resulta que la única respuesta eficaz es otro "cinismo", es decir, se impone un "cállate" "para" o un "basta ya".
Y de esta manera el cinismo se va extendiendo por el mundo como una mancha de aceite corrompiéndolo todo.
Ya no hay argumentos nobles y sinceros. No existe ya una búsqueda de la verdad, ni siquiera consensuada.
El cínico impone su poder y se las ingenia para que el provocado se sienta fatal, justo como a él o ella no le gustaria sentirse. Lo último para él o ella seria tener que sentirse vulnerable, depresivo y lacrimógeno. Y consigue con su "arte" que esos sentimientos sean colocados en el otro por mano ajena, por su mano.
El cínico, a mi modo de ver, está lleno de vergüenza, vergüenza negada y relegada al subconsciente. Lo que hacen con su actitud provocadora es tratar de transladar esa vergüenza al otro. Se las ingenian para que el otro sienta lo que en el fondo tienen dentro de sí, una vergüenza inmensa.
Por otra parte un no creer en nada es algo muy suyo, una actitud básica de autodefensa.
Les retrata Groucho Marx con aquello de "Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo estos otros"
Lo paradógico del caso es que un cínico es seguramente, en el fondo, un niño el cual tal vez lo que requiera sea mucho cariño para crecer.