domingo, 28 de junio de 2015

¿Como sé que estoy progresando espiritualmente?


Hay veces en que parece tomar protagonismo algún tipo de niño interior, o no tan niño, con su dolor, y no te permite estar plenamente presente.

La rabia te mantiene cautivo del pasado y el miedo al futuro no te permite que aprecies limpiamente el presente tal cual es.

Es necesaria la paciencia ante el flujo y reflujo de energía.

A veces la desconfianza es el mayor obstáculo en el camino.

Para seguir practicando es necesario tener la experiencia, no verbal, de la percepción de sí mismo en primera persona y optar incansablemente por la presencia rendida.

La fe es necesaria.

Fe en que, de esta manera, optando por la presencia, el destino, el "yo como agente", con todas sus potencialidades, se desplegará más fácilmente.

Hay que permitir que las energias emergentes realicen su trabajo. No todo depende de nosotros.

Uno puede darse cuenta de su avance comprobando que está ahí, cada vez más, para los demás; pero no como figura, sino como fondo.

miércoles, 24 de junio de 2015

Realidad y Disociación


La realidad es lo que abarca una consciencia espaciosa en el momento presente, la consciencia de un ente abierto al mundo, tal y como se le presenta, junto con los fenómenos percibidos en su interior. Esta sería la actualización del "yo como experiencia".

Dicho ente, el cual es incognoscible, es a lo que llamamos aquí, "yo como agente", se va llenando a lo largo de su historia con distintas representaciones de sí mismo.

La disociación es un alejarse de la realidad que va desde una simple ensoñación a la actualización de diferentes personalidades o alter egos.

En la vida cotidiana la mente funciona como un zoom que va acercándose o alejándose de la realidad dependiendo de los estímulos dados en un momento determinado.

Podemos usar dos metáforas; las distintas percepciones del firmamento y el efecto de agrandar o disminuir un mapa-callejero, a cada cierto grado de alejamiento, o distancia, le correspondería un tipo de "personalidad" diferente.

La mente, pues, se compondría de diferentes "yo como objeto" o egos

El contacto con la realidad, o sea, la actualización del "yo como experiencia", daría lugar al desvanecimiento de todos los egos, los cuales estarían esperando la ocasión para presentarse de nuevo, a través de una nueva disociación.

domingo, 21 de junio de 2015

La vacuidad del ser humano


La vacuidad hace referencia a la consciencia abierta de un ente incognoscible ("yo como agente").

La verdad sobre el ser humano no se puede alcanzar ni a través de la ciencia ni a través de cualquier otra intuición más o menos iluminada.

Sólo podemos conocer las representaciones de nosotros mismos y de los demás, pero eso no es más que una conveniencia social.

Para estar en contacto con la realidad tenemos que estar completamente presentes, renunciando a toda representación, la cual es siempre engañosa o deformada.

miércoles, 17 de junio de 2015

La clave para el despertar espiritual


No puede uno dormirse en los laureles. El conocimiento no es suficiente. Es preciso atender al espíritu cuando estamos con él, lo mismo que "debemos" estar presentes cuando estamos con alguien.

Aunque estés casi constantemente despierto, pierdes tu poder en cuanto te vuelves inconsciente. Pero la fuerza de voluntad no es lo determinante para mantenerse despierto.

La voluntad, en este caso, no es más que una discreta elección de estar presente cuando uno está cercano a la presencia; uno elige estar presente en vez de perdido en la actividad de la mente.

La fuerza de voluntad nos puede conducir a la obsesión. Puede forzar un estado de consciencia alerta a través de la represión, lo que da lugar a un agotamiento.

Si la clave no es ni el conocimiento ni la voluntad...

¿Cual es?

Shhh...

Y si hay que decir algo...

"Rendición; tristeza y apertura a la vida; paz y alegria"

domingo, 14 de junio de 2015

El único enemigo a quien debes temer y lo único que te puede salvar


El único enemigo a quien debes temer es a ti mismo, porque tú eres miedo, sufrimiento, e incluso paranoia. Mientras haya identificaciones con formas hay miedo.

Siempre que te instales en la pura consciencia, y la aceptación de lo que aparezca en ella, no habrá mal que pueda tocarte, te protegerá la fuerza de todo el Universo.

Uno siempre espera que los problemas desaparezcan en algun momento del futuro, que la propia mente deje de molestar con sus egos, dolor y momentos de ensoñación, o disociaciones más profundas; tenemos que partir de la aceptación, de que poco se puede cambiar. Lo único que puede establecer una diferencia es la consciencia del presente, la consciencia de que somos consciencia, lo más cercano a nuestra verdadera identidad.

El momento presente es el único momento donde puedes elegir hacia dónde es conveniente dirigir la atención. Dirígela a tu consciencia, pase lo que pase en tu exterior o tu interior, y no habrá mal que pueda tocarte, porque estarás libre de toda disociación, y sobre todo, del estado paranoide, tu mayor enemigo; esto último podría requerir un cambio de actitud hacia los demás, algo que va más allá de la práctica de la presencia, aunque ésta última va a provocar un cambio favorable.

Cuando estés desorientado pregúntate: ¿Quién soy?

miércoles, 10 de junio de 2015

Pasos en el proceso de despertar a lo que somos


Lo primero es comprender la experiencia de vivirse en primera persona, percibir el propio punto de vista de quién es uno, el espacio que engloba todo lo que pensamos que somos; lo que pensamos que somos está producido por un punto de vista exterior que hace de nosotros un yo-objeto.

Valorar la experiencia del propio punto de vista y prestarle atención.

Capacidad y constancia para dirigir el foco de atención hacia la experiencia de ser fuente y contenedor de todos los fenómenos que aparecen ante nuestra consciencia en el momento presente.

Alcanzar el punto donde nuestra identidad pueda gravitar fundamentalmente en la experiencia de vivirse en primera persona, la cual es una percepción, una experiencia no verbal; no hay palabras para describir nuestra más profunda identidad, el punto de vista central, el punto de vista desde nuestro interior, esa consciencia espaciosa en la que aparecen todos los fenómenos.

domingo, 7 de junio de 2015

¿Qué es lo que hace difícil el acordarse de elevar el espíritu?


Recuperar la consciencia de quién es uno, el vacio que es, consciencia espaciosa, para volver a sentir la paz, o sea, apuntar hacia la diana.

Es curiosa la tendencia que hay a olvidarse de todo este tema.

Y la cuestón es que no se trata de algo que aprende uno, como cualquier otro aprendizaje que queda ahí para ser recuperado en otro momento, o para que se actualice de manera automática. Hay que recordarlo constantemente para mantener el nivel de alerta óptimo.

No es fácil recordar el mantener la presencia, fijarse en la capacidad que es uno. Los toques de angustia podrían bastar para recordarla, pero el hábito de utilizar otros medios para reducir la tensión son un serio impedimento para actualizar el maravilloso método de elevar el espíritu: "si elevas tu espíritu no habrá mal que pueda tocarte". Lo único que debes temer es a tus hábitos para reducir la tensión.

En realidad uno podría decir también "si te disocias no habrá mal que pueda tocarte" y este último mecanismo sería tu peor enemigo, porque el mal no te toca, de momento, pero destroza tu vida, es decir, te va llevando hacia un destino infernal, de sufrimiento, o simplemente de incapacidad.

Mientras seas consciente del espacio, da igual lo que estés haciendo, donde estés ni con quién estés. Y también da igual lo que exprese la mente y, por supuesto, lo que tengas.
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