jueves, 11 de agosto de 2016

Un mensaje en la lejanía

Hay un mensaje que muy a menudo requiere toda una vida para poder llegar a vislumbrarlo.

Los buscadores lo ven desde una larga distancia y saben que es importante, pero aún no lo pueden distinguir bien y se ven obligados a recorrer un camino, a veces muy largo, y con muchos vericuetos, para poder acercarse y ver con claridad lo que dice exactamente dicho mensaje.

Otros tienen una vista suficientemente aguda como para poder leerlo y comprenderlo desde la distancia.

Aquellos dicen a éstos "tú no tienes ni idea del camino" y éstos responden a aquellos "tú aún no sabes lo que dice el mensaje"

Los obstáculos en el camino a la liberación son las identificaciones o, dicho de una manera más general, el obstáculo es la mente, mente a la que podemos calificar de "pegajosa", pegajosa en el sentido que hace que la consciencia se pegue a ella.

Comprender eso, verlo y saber des-identificarse o desapegarse es el mensaje final. Es el mensaje de la libertad.

Todo lo demás viene sólo.

martes, 9 de agosto de 2016

Conclusión


La mente es como la meteorología, el mal tiempo, el buen tiempo y las tormentas no dejarán de producirse, pero no tenemos por qué perdernos en todos esos cambios meteorológicos. Sabemos donde refugiarnos para sentirnos protegidos, al calor y seguros cuando las cosas se pongan feas, aunque a veces...se ponen demasiado feas.

Es entonces, cuando nos sobrepasan las circunstancias, cuando llega el momento de darse cuenta hasta qué punto nos estamos resistiendo a la situación, o mejor dicho, a las emociones que nos provoca cierta situación, hasta qué punto nos contraemos o disociamos ante ella. A partir de ese darnos cuenta tenemos la oportunidad de aceptar la resistencia, la contracción. Y es en esa aceptación cuando puede salir a flote todo aquello de lo que nos estábamos defendiendo tanto.

Nosotros somos una contemplación, un mirar desde la quietud, un mirar la mente y los nudos que produce.

La meteorología te puede llevar a actuar o a contemplarla y esto último es una experiencia, no un pensamiento.

¿Es útil o ayuda el mantener el concepto de ego o "yo como objeto"? Al fin y al cabo esos conceptos no indican más que fenómenos mentales que van fluyendo en el mar de la consciencia.

El ego es pues un proceso, al igual que el organismo cuerpo-mente, al que tal vez también debamos de dejar de denominar "yo como agente", ya que éste más que un yo, o algo concreto, es un proceso.

El pensamiento "yo" no lleva a la experiencia. El verdadero yo no contiene ningún yo, no tiene lenguaje, existe en el silencio.

Por lo tanto, ya podemos ir tirando por la borda todos estos conceptos de "yo" a partir de este momento porque llegamos a la conclusión de que no hay ningún "yo" ni conclusión verbal y, por lo tanto, tampoco muerte.

Aleluya - Haendel
 https://www.youtube.com/watch?v=YZ4B8uxBqCc


sábado, 6 de agosto de 2016

El último pensamiento


Si el pensamiento no te lleva a la experiencia no te lleva a ninguna parte.

jueves, 4 de agosto de 2016

La mayor miseria


"No hay lugar tan estrecho donde no se pueda elevar el pensamiento al cielo" (Séneca)

En realidad esta frase de Séneca se acerca a la verdad, lo único que habría que hacer es sustituir la palabra pensamiento por consciencia o espíritu. Ponerse en contacto con la consciencia abierta o espíritu requiere liberarse de la identificación con la mente (pensamiento-emoción) y afianzarse en la experiencia del propio cuerpo y vivir y aceptar el momento presente.

Efectivamente, no hay lugar tan estrecho o ser humano tan "insignificante" cuya consciencia no se pueda elevar al cielo y formar parte así de lo único absolutamente valioso. Lo único valioso en él estaría también en los demás, en los cuales no se hallaría nada de valor, excepto lo que aquél posee, es decir, su consciencia o espíritu. La vivencia de esto último es la fuente de paz y gozo interior.

Hay una cita de Pierre Teilhard de Chardin que viene a cuento de lo que estamos diciendo:

"No hay nada valioso, salvo la parte de ti que se encuentra en otras personas y la parte de los demás que está en ti". Es decir, el Espíritu, el lugar donde reside la paz.

Hay pena cuando uno repara en la cantidad de posibilidades que no ha podido aprovechar por la falta de confianza en si mismo y estados de disociación. Cuando se da cuenta de lo reducida que ha quedado la expansión de su personalidad en la sociedad. Pero bueno, como decimos, no hay espacio tan estrecho o insignificante del que no pueda elevarse una consciencia al cielo.

A mi modo de ver, no habría mayor miseria que la auto-condena que nos aparta de ella, de la paz interior.

miércoles, 3 de agosto de 2016

La raiz más profunda del sentido del yo


Es importante no perder el contacto con el sentido del yo del "yo como agente" (organismo cuerpo-mente)

Tal vez la patologia básica occidental ha consistido en dejar de lado frecuentemente la identificación con la sensación corporal, se trataría de una anestesia muy debilitante, esto último significa cortar con la sensación original de uno mismo más profunda, el único "pensamiento" verdadero, el verdadero sentido del yo, el que tiene el feto y el bebé.

Las energias se nos van en el cultivo y defensa de un sentido del yo formado por un grupo de pensamientos y emociones inconsistentes y, por lo tanto, necesitados de ser fortalecidos, debido al miedo que nos da su desaparición, porque en el fondo sabemos que es todo un constructo irreal.

De esta menera, en vez de avanzar nuestra identificación hacia la consciencia, la cual está siempre abierta a los fenómenos que abarca ésta, nos vemos obligados a construir una identidad social, un personaje al que se le hace responsable de ciertas funciones.

Todo este proceso nos trae algunos beneficios pero lo pagamos caro al dejar de ver lo que somos en lo más profundo, es decir, un organismo y una consciencia que todo lo abarca, incluso al mismo organismo biologico que somos desde el mismo momento de nacer.
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