Es un estado de profunda infelicidad transitoria. Los pensamientos hostiles hacia uno mismo, por enfado reprimido, o no sentido, lo podrían convertir en una depresión.
Esta es la herida radical sobre la que se va a ir construyendo, desde la infancia, a través de deformar la realidad con la imaginación, una imagen idealizada y después un yo idealizado, que va a llevar al individuo a la búsqueda de la gloria, como compensación a una imagen degradada de sí mismo.
Todo ello es lo que va a dar lugar a una alienación de sí, propia de la neurosis.
Tal vez la mejor meditación sea la que nos pone en contacto con la herida del corazón y la envuelve.
6 comentarios:
Muy interesante tu entrada, que nos hace reflexionar.
Un beso.
Un placer y un lujo tu visita y comentario, María
Un beso
Parece que observas muy profundamente las reacciones personales...
Saludos en la noche
He dedicado toda mi vida a tratar de entender el sufrimiento humano y a través de la comprensión, reflexión y meditación intentar aliviarlo.
Gracias por tu visita y comentario, Esencia, es una satisfacción.
Saludos nocturnos
Me ha encantado... Es muy interesante y además muy bien explicado.
Muchos besos
Me agradan mucho estas valoraciones venidas de ti, Carmen
Un besote
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