miércoles, 21 de enero de 2015

La prueba de apuntarse a sí mismo de Douglas Harding


Normalmente percibimos de una manera más o menos subconsciente una imagen de nosotros mismos, sin embargo al realizar la prueba de apuntarse uno a sí mismo después de apuntar a cosas del exterior, cuando nos apuntamos a nosotros mismos nos sorprendemos sin esa autoimagen que siempre suele estar ahí de fondo.

Todo el tiempo que dediques a puntar a la diana no es tiempo perdido. Apuntar a la diana es dirigir la atención hacia el espacio que somos, el cual está más allá del espacio y el tiempo. Esto es lo que podemos denominar un proceso de despertar; se trataría siempre de un proceso, no de un estado final.

No conviene exagerar los beneficios del despertar. Todos los avances a lo largo de la Historia, en el sentido de liberar del sufrimiento al ser humano, han tendido a exagerarse, bien por el propio deseo de alcanzar algo grande o por intereses en crear una industria provechosa a costa de una idea.

"Soy yo quien por fin te va a poder conceder la tranquilidad deseada a través de...":
Inclusión en un imperio como ciudadano (seguridad), religión (salvación), ciencia (conocimiento), psicoanálisis (curación), despertar (liberación).

Mientras todo quede en una idea o cuerpo de conocimientos teóricos no hay avance. Por eso, a mi modo de ver, es tan importante la prueba de apuntarse a sí mismo de Douglas Harding; a través de ella no se alcanza ningún conocimiento, sino sólo una experiencia capaz de acercarte a la verdad.

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