viernes, 5 de diciembre de 2014

Airear la mente


Se trata de introducir una corriente de consciencia, cada vez mayor, en cualquier cosa que estemos haciendo o pensando.

Sería como airear la mente cada vez que añadimos una consciencia espaciosa a lo que, en un determinado momento, la tiene cautiva, es decir, a lo que tiene cautivo al foco de atención.

Una forma muy fácil de conseguir una consciencia más amplia a lo que uno está haciendo es dirigir la atención simultaneamente a la respiración.

Primero hay que tenerlo muy claro, o simplemente tener fe en ello, y después esperar que el "yo como agente", o sea, la entidad insondable que uno es, mantenga la motivación e intención de practicarlo.

Al fin y al cabo, cuanta más consciencia se insufle en el día a día, mejor y más deprisa se irán desarrollando las potencialidades propias del "yo como agente", ya que con esta operación aumenta claramente el poder personal.

Pero ¡ojo! Los esfuerzos por la espiritualidad podrían estrechar paradogicamente el foco de atención y generar lo que podriamos llamar una toxicidad espiritual, lo que requeriría tener que volver a airear la mente, de alguna manera, en sentido inverso.

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