domingo, 27 de julio de 2014
La mente como espejo
La mente es como un espejo creado a conveniencia, concretamente a la conveniencia de la propia autoimagen, la cual es capaz de todo por sobrevivir; no le importará distorsionar, engañar, proyectar, identificarse con lo imposible, imaginar cuarquier cosa que la pudiera reforzar; incluso es capaz de disociarse y habitar otros mundos más acordes a su deseo a través de la ensoñación.
Es la construcción del yo ideal descrito por Karen Horney, en "Madurez y Neurosis", y por Lacan en su descripción del estadío del espejo.
El proceso de madurez, de cura, e incluso de despertar, pasa necesariamente por un proceso de desidentificación con esa imagen especular que forma nuestro "Yo como objeto" o ego.
No hay que "luchar" contra esa imagen del yo ideal reflejada en la mente, o sea, contra esa oscuridad, sino que hay que "encender la luz" prestando cada vez más atención a ese "campo de quietud consciente" del que habla Eckhart tolle y que aqui denominamos "yo como experiencia".
El misterioso "yo verdadero" de Karen Horney, el cual nunca llegó a definir satisfactoriamente, vendría a ser el "yo como agente" u organismo cuerpo-mente, regido por la consciencia espaciosa, más que por el "yo como objeto" o ego.
Ese "yo como agente", dirigido por la consciencia despierta, es a lo que llamamos "yo como experiencia", el yo más profundo.
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