Allí donde se dirige la atención, se pone la energia, y allí donde se pone la energia se construye una identidad.
Por eso es tan importante desviar la atención de la actividad mental que mantiene el ego, ese yo falso y dirigirla a lo único que es real; el momento presente, nuestro verdadero yo, el "Yo como experiencia".
De este modo, esta práctica, la práctica del mindfulness, iría más allá de mejorar ciertas patologias; incluso ante una ausencia de cualquiera de ellas, la liberación del pensamiento automático, condicionado e inútil, sería capaz de proporcionar una mejor calidad de vida.
Asi pues, esta técnica se convertiría en una herramienta fundamental de la llamada Psiquiatria positiva.
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