lunes, 7 de abril de 2014

"Yo como agente" y etiquetas en salud mental


En lo más profundo de nosotros mismos, todos somos una consciencia, un "Yo como consciencia plena" y esto sería lo mismo en todo el mundo, cada uno es un trocito de consciencia universal y, desde este punto de vista, nadie es mejor ni peor que nadie.

Dicen algunas voces prestigiosas, tras decir esto que acabo de explicar, con otras palabras, que, sin embargo, en la forma (o sea, como "agente"), siempre habrá personas que sean superiores y otras inferiores a cada uno de nosotros.

Pues bien, tras la definición que he hecho del "Yo como agente", dudo mucho que alguien sea capaz de decir quién es superior o inferior a quién, ni siquiera en la forma.

Lo que sí es evidente es que unos se valoran a sí mismos en un sentido favorable, mientras que otros tienen una opinión más bien negativa de su autoimagen. 

Los demás tienden a responder a la valoración que cada uno haga de sí, dependiendo de si es positiva o negativa, y esto es lógico, ya que quien tiene una buena autoestima se encuentra más abierto a los demás y proyecta menos dolor; está menos a la defensiva y se le acepta mejor. Por otra parte, está en mejores condiciones para desarrollar su potencialidades, dones y capacidades particulares.

Pero aqui se trata de no confundir autoestima, y sus favorables consecuencias, con la posible valoración de un "Yo como agente", al que no habría manera humana de valorar "científicamente" en su totalidad.

Hasta ahora se ha pretendido que sí se podía valorar con cierta objetividad a las personas para un diagnóstico psiquiátrico, por ejemplo.

Esto último es poco satisfactorio teniendo en cuenta el abismo insalvable que hay entre la hipotética verdad científica de una persona y los medios actulaes de evaluación, los cuales pueden haber llegado a ser muy sofisticados.

Aún asi, lo que se pueda decir de alguien a través de todos esos medios de evaluación disponibles es ridículo comparado con la inmensidad de todo lo que se podría decir, en teoría, de una persona en particular.

Y es más, una información parcial podría hacer más mal que bien al resultar necesariamente una información sesgada por falta de datos.

Los diagnósticos tienen su lugar y función, el problema es que a veces no vemos más que la etiqueta, o le prestamos demasiada atención, mientras que, al mismo tiempo, un universo de información quedaría en la sombra por ignorancia.

Al final, un diagnóstico psiquiátrico vendría a ser una etiqueta puesta en el misterio...

1 comentario:

Antoniatenea dijo...

Hola Rafael!
Tienes mucha razón ..Por ejemplo eiquetar a alguien de pesonalidad narcisita o de que es esquizoide o psicótico sin más ...uy qué miedo ..incluso te diría que los maniaco-depresivos ..que alguien es bipolar...Uy!! todos somos un poco de todo también ..o no te levantas tú un buen día sintiendote Ulises que puede viajar y combatir todo lo que se le ponga por delante y en cambio otros días te sientes como el escarabajo de la Metamorfosis.....Sí , todo es cuestión de equilibrios..es verdad...pero ...las etiquetas a veces se usan y se perpetran alegremente y a algunos les ha hecho mucho daño .
Un besito ..ya sabes que acabo viniendo a tu oasis.. porque siempre encuentro un rincón lleno de manantiales !

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...