lunes, 14 de febrero de 2011

No podemos confiar en los recuerdos


Está demostrado que la memoria sufre de distorsiones, y los recuerdos, por ese motivo, no son todo lo fiables que hasta ahora hemos creido.

El empeño de urgar en el pasado no es muy productivo, la verdad, y debemos dejarlo en un mundo de penumbras que no debemos transitar.

Todo aquello que el pasado sedimentó en nuestro pecho o en nuestra zona abdominal se encuentra actualizado en el presente en forma de sensaciones internas, profundas, íntimas y dolorosas en muchas ocasiones.

Lo peor es asustarse por esos sentimientos. Al aceptarlos y hacerlos parte de nuestro presente se diluyen con el tiempo.

Es más, yo recomendaria incluirlos en los ejercicios de toma de conciencia del presente como una parte más que percibimos en el aqui y en el ahora.

Los beneficios es de esperar que sean más rápidos y efectivos que ese zambuyirse en un pasado movedizo que nos lleva a confusión.

En todo caso las revisiones del pasado deben ser cortas, precisas y contundentes. Alli donde haya alguna duda deberemos seguir hacia adelante y anclarnos de nuevo en nuestro "Yo como experiencia"

1 comentario:

Antoniatenea dijo...

Bon dia investigador privado de la mente:
Me dices que conviva con mis emociones al mismo tiempo que tomo el desayuno sin revisar el pasado más allá del tiempo que cuesta revisar si la basura está para llevarla al contenedor...Y que no nos asustemos ...eso viene de Freud, no? El decía que saquemos todo afuera y no lo intentemos reprimir.
..pero no profundizar lentamente en el pasado, es tu aportación, no?
Me gusta.Sí. Me gusta. No me asustaré...pero y ¿si me asusto y me duele ?
Me sigue pareciendo estupendo todo lo que escribes.
Petons!!

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