viernes, 8 de julio de 2016

Viaje a la verdadera identidad


Mi viaje empezó aproximadamente a los 25 años, cuando aprendí que no somos ni el cuerpo, ni el pensamiento, ni el sentimiento; que somos algo ilimitado, que somos Libertad, tal y como lo explicó Eugenio D´Ors en su memoria, el año de 1908, leida en el III congreso internacional de Filosofía celebrado en Heidelberg y recogida en un librito que se tituló "Religio est Libertas", publicado en Madrid en 1925.

En el segundo cuatrimestre de 1982, publiqué en el boletín informativo nº 31 del IMQ de Bilbao mi primer artículo en el que concluía que el ser humano busca, frecuentemente, una solución religiosa a la incertidumbre de su identidad.

Posteriormente comprendí la diferencia entre "yo como experiencia" y "yo como objeto" gracias a un artículo de Barry E. Wolfe, publicado en la revista "Journal of Psychotherapy Integration" en Diciembre de 1995.

Me di cuenta de que el "yo como experiencia" del que hablaba Barry E. Wolfe era la Libertad de la que hablaba Eugénio D´Dors.

Cuando empecé a identificarme con el "yo como experiencia", es decir, con la consciencia libre, fue en el primer trimestre de 2011, cuando realicé el curso de Mindfulness con Andrés Martín Asuero en el Colegio de Médicos de Vizcaya, en Bilbao.

A partir de ahí comencé a desarrollar las ideas que han ido vertiéndose en este blog, como un intento de hacer comprensible un artículo que publiqué en la Revista de la Academia Vasca de Ciencias de la Salud Mental, GOZE, en Diciembre de 1997, donde intenté delimitar los conceptos de "yo como agente" "yo como objeto" y "yo como experiencia"

Como resultado del esfuerzo realizado en el blog estos últimos 5 años, podemos dar una explicación, relativamente fácil de entender, de lo que aquí se denomina "yo como agente" "yo como objeto" y "yo como experiencia".

Sin embargo, al final del camino, nos encontramos con que no hay nada valioso en lo escrito, en las teorías ni en las explicaciones de conceptos que no sean simples dedos que apuntan al Firmamento.

Lo único realmente valioso es la experiencia del yo como experiencia misma, y esto último va más allá de nuestro pequeño yo, del personaje que creemos que somos con sus procesos mentales. Es algo que se encuentra en todos nosotros y es lo único valioso, la consciencia libre, el espacio en el que se va representando el cambio constante, el testigo del destino del organismo cuerpo-mente que habitamos como parte del destino del Universo.

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