Qué difícil es renunciar al deseo de mejorar todas las deficiencias manifestadas en el pasado por una mente imperfecta. La tendencia natural parece ser la de intentar perfeccionarse.
Sin embargo el salto a lo espiritual parece requerir que nos olvidemos de la mente con todos sus deseos de llegar a la perfección.
Dejar de lamentarse por los fracasos o carencias del pasado, dejarlo como está y no tratar de enmendarlo es perdonarlo. Si volvieras a empezar volverias a hacer lo mismo, y de la misma manera, ¿puedes aceptar eso?
Hay que reconocer que parte del momento presente, en algunas ocasiones, está formando por la consciencia del pesar por ese pasado no deseado e inmodificable.
En los inicios del despertar hay una liberación de energias, las cuales pueden alimentar la fantasía de poder remediar los déficits y limitaciones manifestados con anterioridad.
Renunciar a esto último, y dejar a un lado los autorreproches, es un paso previo a un mayor asentamiento en el espíritu, nuestro yo verdadero.
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