miércoles, 3 de septiembre de 2014

El desencanto de la espiritualidad


Sería interesante determinar las reflexiones básicas necesarias antes de la decidida práctica de la presencia para evitar caer en el desencanto de la espiritualidad. En realidad nunca podemos prescindir de la reflexión, como tampoco es posible evitar pasar por periodos de desencanto de la espiritualidad, y es precisamente en esos periodos cuando debemos retomar la reflexión para poder seguir adelante.

Una de las observaciones más importantes sería la del reconocimiento de las repercusiones o reacciones que siguen a cada avance. Las repercusiones son desesperantes y le arrojan a uno a la autodesconfianza y al autodesprecio, todo lo cual estaba ya en la base de la persona antes de comenzar sus ejercicios de presencia.

El ego lucha por sobrevivir y al comienzo podemos subestimar su extraordinario poder.

Todo el ego, en su mayor parte inconsciente, se va poniendo al dia, una y otra vez, recordándonos que no nos acabamos de conformar, que aún queremos y esperamos la gloria y que, en la medida que nos apartamos de nuestro yo ideal, nos despreciamos y nos sentimos culpables y avergonzados.

Un avance o la experiencia del poder de una mayor presencia puede dar lugar a la ilusión de que aún es posible alcanzar el yo ideal propio de la neurosis y esta ilusión da lugar a un autoodio renovado al comprobar el individuo que aún tiene humillantes limitaciones.

La reflexión más importante, segun Eckhart Tolle, parece ser la certeza de que el momento presente es lo único que existe y que éste es la vida misma, por lo que tener una relación disfuncional con él, es decir, no aceptarlo, en espera de un futuro de satisfacción donde esperamos encontrarnos o sentirnos llenos, no puede llevarnos más que a una decepción continua.

De esta manera, huyendo del aqui y el ahora, nos perdemos, al mismo tiempo, el momento donde realmente podemos disfrutar de nuestra existencia, del espíritu, nuestro verdadero yo, libres de los pensamientos que nos mantienen cautivos de debieras y exigencias. Debieras y exigencias para llegar a ser un yo ideal que nos promete la felicidad pero que, en realidad, nos ofrecen el infierno.

Deducimos, pues, que paralelo a un avance espiritual es necesario seguir un proceso de maduración psicológica.

Los tres avances psicológicos, segun Karen Horney, que indican una liberación de la neurosis y, por lo tanto, una mayor madurez, serían:

Una mayor aceptación de las propias limitaciones, hacerse responsable de sí mismo y estar dispuesto a ocupar en el mundo el sitio que a uno le corresponde.

Para finalizar, indicar los dos obstáculos que considera John Welwood como los más importantes en el auténtico progreso espiritual; el bypass espiritual, del que ya hemos hablado con anterioridad, y sólo recordar que se trataría de utilizar la espiritualidad para evadirse de problemas pendientes de maduración, y el superego espiritual, que no sería más que un desplazamiento de las exigencias neuróticas que se hace uno a si mismo habitualmente, pero trasladado a la idea de que uno no hace lo suficiente o se siente culpable por no ser lo espiritual que debiera, porque no medita lo suficiente etc.

Y por último, tal vez lo que lleva algunas veces al desencanto es la desorientación, el tener una idea errónea de lo que es la espiritualidad.

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