jueves, 6 de febrero de 2014

Estado semiconsciente, "Yo como experiencia" y Éxtasis



Desde que nos despertamos hasta que nos volvemos a dormir creemos que estamos en estado consciente.

Sin embargo la palabra más exacta para definir el estado en el que nos solemos encontrar durante el día debería ser: estado semiconsciente

Aunque hemos delineado los distintos conceptos a los que nos podemos referir cuando decimos "Yo": "yo como agente" "yo como objeto" y "yo como experiencia", normalmente interfieren unos con otros y el estado de consciencia en el que nos encontramos durante el día suele ser "ruidoso".

En realidad la consciencia se suele hallar fijada a pensamientos, imágenes y a todo un mundo interior o exterior, cuyo propósito no es más que reforzar el concepto de nosotros mismos tratando, inconscientemente, de aliviar el miedo al espacio que hay más allá del "yo como objeto" (auto-imagen y auto-concepto).

Ese espacio se intuye como un vacío insoportable equivalente a la muerte. La vivencia espaciosa o desenfocada del presente, o dicho de otra forma, el foco de atención dirigido a la atención misma, lo cual definiría al "yo como experiencia", libera la consciencia de sus fijaciones habituales y nos demuestra que no hay nada que temer si dejamos de lado todos esos pensamientos que forman nuestra identidad, es decir, nuestro "yo como objeto"; es más, es en ese estado en el que hallamos seguridad.

Esa es la explicación de ese genial proverbio chino: "Vete al corazón del peligro, porque allí encontrarás seguridad".

Por definición es el "yo como experiencia" quien percibe plenamente el presente, es la consciencia del aquí y el ahora, sin embargo paralela y simultáneamente, los otros yo-es, el "yo como objeto" y el "yo como agente" provocan una imagen desdibujada, deformada y distorsionada del presente; los estímulos del ahora van acompañados en cierta manera de recuerdos, temores, imágenes internas, pensamientos de futuro, deseos, etc., todo lo cual empaña la función del "yo como experiencia".

Se podría decir que tanto el "pasado" como el futuro" no nos dejan ver con propiedad y completa claridad lo que tenemos en frente en este mismo instante, de ahí que utilicemos el término de estado semiconsciente para definir esa forma de consciencia habitual.

Será necesario abundar en este fenómeno de interferencia inadecuada entre los distintos yo-es, pero por el momento tal vez un pequeño cuento pueda aclarar lo que estoy intentando explicar:

"Un hombre se le acercó a un sabio anciano y le dijo:
Me han dicho que tú eres sabio.... Dime algo que haces que te lleva a serlo.

El anciano le contestó: Como cuando como, duermo cuando duermo, y hablo contigo cuando hablo contigo.

Pero eso también lo puedo hacer yo y no por eso soy sabio, le contestó el hombre.

Yo no lo veo así, le replicó el anciano.

Pues cuando duermes estas pensando en los problemas que tuviste durante el día o podrás tener cuando te levantes. Cuando comes estas pensando en lo que vas a hacer luego y cuando hablas conmigo estas pensando en que preguntarme o responderme antes de que yo termine.

El secreto es estar consciente de lo que hacemos en el momento presente y así disfrutar cada minuto del milagro de la vida." (Anthony de Melo)


Es posible practicar la consciencia plena durante el día, con lo cual crecemos como presencia, es decir, como "yo como experiencia", lo cual actualiza las potencialidades albergadas en el "yo como agente", es decir, la totalidad de nuestro organismo "cuerpo-mente" con lo cual, aparte de encontrar mayor satisfacción, restaría mucho sufrimiento a nuestra existencia.

Y digo que restaría mucho sufrimiento a nuestra existencia, porque a mayor identificación con el "yo como experiencia", menor identificación con los pensamientos que forman el "yo como objeto" o ego, el cual se basa en la identificación inconsciente con una imagen degradada de nosotros mismos, la cual necesita de una imagen positiva compensatoria; y en el mantenimiento constante de esa imagen y auto-concepto queda atrapada una parte muy importante de nuestra energía psíquica.

También es posible alcanzar estados de éxtasis practicando la meditación, la cual no es más que quedarse quieto y en silencio y en estado de absoluta presencia; de ese modo se pueden alcanzar estados especiales donde los límites habitualmente sentidos del "yo" se funden con el ambiente, a veces expresado como una fusión con el Universo, como una vivencia profunda del Ser, el cual no percibiría ninguna dualidad entre el "yo" y el "no-yo".

Aunque yo mismo he experimentado estados parecidos de vez en cuando, no recomendaría dar demasiada importancia a esto último.

En mi opinión la búsqueda de estados de consciencia extraordinarios vendría a ser un querer rizar el rizo, un desear vivir estados mentales como de "cuelgue" y desviar la atención de lo verdaderamente práctico e importante, es decir, el intento de crecer en Presencia, fortaleciendo cada día el "yo como experiencia", esa parte de nosotros, testigo de los pensamientos, emociones, sentimientos y percepciones, tal y como se van presentando.

Para finalizar sólo aconsejar que cuando sea usted testigo del dolor vivido en el cuerpo, intente ser más testigo del testigo que del dolor.

Los espacios entre las notas del piano nos conectan con el silencio...

http://www.youtube.com/watch?v=CaMm7ufCz-s





1 comentario:

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