viernes, 19 de marzo de 2010

Yo no predico nada


Yo no predico nada, ni en cabeza ajena ni en cabeza propia. Yo solo expreso lo que creo que seria más conveniente para la Humanidad de la que me siento parte.

No sé si lo que propongo como mejor medida para un mundo mejor es viable o no. Probablemente no lo sea.

Sé perfectamente que la mayor parte de las personas que han sido traumatizadas o maltratadas alojan dentro de su sistema nervioso una huella y a través de ella, la necesidad de dar lo que se recibió. Y es este hecho lo que me hace especialmente pesimista con mis propios planteamientos prácticos, que no precisamente morales.

Ahora bien, sé que hay auténticos héroes, no digo que yo sea uno de ellos, que absorben todo ese sufrimiento, se lo quedan para sí, lo contienen pacientemente y renuncian a través de la reflexión y un esfuerzo personal muy grande, para hacer que no siga la bola.

Carlos Ignacio




11 comentarios:

Antoniatenea dijo...

Sí, creo que existen esas dos reacciones, el que ha recibido maltrato y maltrata después o canaliza una energía negativa sobre los demás y el que por algún motivo hace todo lo contrario contribuyendo a que no se perpetúe, como tú bien dices la maldad.
Habrás oido que ahora se sostien que no somos libres intelectualmente, que nuestras reacciones y nuestras acciones están totalmente dirigidas por nuestros condicionamientos genéticos y educacionales, que la libertad no existe, y yo pienso que no, que como tú dices, hay esa pequeña luz que se ilumina en algunos y que aunque lo pasaron mal intentan hacer el bien..
Muy interesante, tu reflexión.
Besos!

Rafael San Andres dijo...

Muy interesdantes tus aclaraciones y complemento a mi mensaje, Antoniatenea.

En cuanto al libre albedrio...no sé hasta qué punto. Como se podria decir...si no está de Dios que uno no sea un héroe no lo será.

De todos modos es un punto a favor del libre albedrio el que haya la posibilidad de revertir la ley de doy lo que recibo, sí.

Besos

Tintero creativo dijo...

Así es Carlos no siempre se hace lo que te hacen más bien se aprende de lo que te hacen para mejorar como ser humano y tus escritos son muy buenos y cumplen su objetivo, aunque es posible que existan personas que si hagan lo que le hacen pero eso conlleva odio y rencor y deben ser muy desgraciadas sientiendo eso por dentro

Rafael San Andres dijo...

Es interesante tu observación, Corazón Verde, es posible ganar en felicidad aun en el caso de que nos queramos guardar para nosotros todo el daño que sufrimos.

Tal vez sea una cuestión de inteligencia saber o intuir que es lo que nos va a hacer más felices.

Gracias por tu valoración

Besos

MARU dijo...

Amigo Carlos,
Efectivamente hau de las clases de personas, las que vuelven a repetir los patrones y las que no.

Yo prefiero procurar ser de las segundas.
Por dos razones:
Una egoísta, en mi propio bien.
La violencia, el mal humor, enfin, toda fuerza negativa, se vuelve en contra de nosotros.
No nos deja ser felices. No podemos sentir paz y armonia interior.
La sugunda, es casi de perogrullo.
Si sabemos qué nos hirió, nos hizo sufrir, nos marcó, en el pasado...
Lo lógico es que cambiemos el patrón para no volver a herir, hacer sufrir y marcar a las personas que queremos....

Lo único que lograríamos sería cerrar un círculo vicioso que conduce al sufrimiento.
Y como le digo a mi madre, que tiene 84 años y es de la generación de "sufridoras", No sirve de nada. Nadie se beneficia de que sufras, ni siquiera tu.
Un abrazo, amigo.
Por cierto, aunque viste mi post de Córdoba, soy Valenciana.

Duna dijo...

Cada persona tiene una forma de reaccionar, y es cierto que hay esos dos tipos.
Yo soy de las segundas, y puede que sea así por egoismo. Pienso que dejar dentro las cosas y no perdonar, hace mas daño, que perdonar y olvidar.

Besos Carlos.

Recomenzar dijo...

Predicar no es hablar es hablarse a uno mismo Tu texto hermoso me voy con sonrisas dejándote rosas

Rafael San Andres dijo...

Me temo, Luna, que para tratar de contener todo el daño que nos hicieron (si es que nos hicieron un daño extraordinario) y renunciar a desahogo alguno...tenemos que resignarnos a ser un poco o un mucho sufridores. Si no fuera asi...no habria heroismo en ello.

Otra cosa es aquel que no ha sido maltratado. Éste sí se siente más libre de hacer lo que más le vaya.

Perdona la equivocación. Saludos a Valencia.

Un abrazo

Rafael San Andres dijo...

Esa es una buena filosofia de vida, Duna, y si no nos ha ocurrido nada grave es lo más sensato en cualquier caso.

El problema es de gentes brutalmente traumatizadas, como las víctimas de terrorismo o de la represión desmedida como la sufrida por el pueblo palestino, por ejemplo.

En fin, de todo aquel que ha sufrido una violencia extrema en sus propias carnes.

Besos

Rafael San Andres dijo...

Hola, Mucha, me quedo con las rosas y me alegro de que te quedes tú con una sonrisa.

osane dijo...

No se si eso es tal como lo dices. Pienso mas bien que algunos somos incapaces de hacer daño a otros a conciencia, no se en un caso de defensa propia, pero fríamente y con alebosía pienso que no.
Mila musuak

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