No es tu vida la que pasa por delante de tus ojos, es la vida misma que te ofrece todo su esplendor.
Se hincha tu corazón con tanta belleza que llegas a sentir que nunca has de morir.
Es entonces cuando te das cuenta de que nunca estuviste solo, que simplemente mirabas hacia otro.
Un otro ilusorio te cegaba, no te permitía que vieras bien en tu interior.
Es cuando te vas a morir cuando se presenta cruda la verdad.
Siempre te dijeron que vivías solo y no era cierto.
La verdad, que nunca muere, se hallaba justo dentro, muy dentro de ti.
3 comentarios:
Estoy un tanto sensible en estos momentos ante la muerte.
A la vez, una vez que se habla de ella y se conoce, se tiene la seguridad de que el día, el día que se abre ante nosotros, es el mejor, es la vida,
un beso
Yo estoy convencido, Camy, que la experiencia última es una liberación.
Un beso
Ojalá pudiéramos saber algo real de la muerte pero nadie a vuelto para contarlo. Buen relato amigo. Un abrazo.
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