
He llegado a la conclusión, tras unos minutos de reflexión, de que jamás se fundará un imperio, una empresa o congregación que dure mil años, mientras estas entidades se impregnen de un exagerado sentimiento de auto importancia y desprecien o simplemente "no vean" a las masas desheredadas que les rodean, el sufrimiento de los hambrientos y el dolor de los más desafortunados.
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