domingo, 9 de junio de 2013
La gran lección de la vida
Llegar a saber, por experiencia, que la felicidad no depende de lo que nos pase, de las condiciones en las que estemos o vivamos, de nadie en particular; que depende del contacto que establezcamos con la fuente de paz y gozo que se encuentra en nuestro interior.
Pase lo que pase, si miramos más allá del loco deseo (de más) que albergamos desde que nos sentimos insignificantes por primera vez, encontraremos la propia vida, la cual nunca se alejó de Dios.
Comprenderemos entonces que no tenemos una vida, sino que somos vida y en ella siempre reina la alegría, miremos si no a los árboles y a todos los animales que se hallan en su medio natural.
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