miércoles, 31 de diciembre de 2014

Grados de presencia


¿Podemos establecer una diferencia entre presencia productiva y presencia improductiva? ¿Hay presencia con ego inconsciente?¿Se presenta uno cuando quiere o, más bien, cuando puede?

He aqui, a continuación, un primer intento de establecer diferentes grados de presencia, los cuales tal vez pudieran dar respuesta a alguna de las anteriores preguntas:

-No consideración de la presencia.

-Consideración de la presencia pero con imposibilidad de mantenerla. En este caso lo recomendable sería dirigir el foco de atención a la respiración, cuerpo interior y sensaciones emocionales.

-Consideración de la presencia, capacidad de mantenerla pero con disforia, debido a una identificación con pensamientos y emociones inconscientes (ego inconsciente negativo).

-Presencia agradable acompañada de un ego consciente positivo. Este sería el caso de alguien con una buena autoestima y, por lo tanto, abierto al mundo; sería alguien bien asentado en su ego personal.

-Presencia con el gozo propio de la carencia de identificación con pensamientos y emociones conscientes o inconscientes.

Probablemente se requiera algun vislumbre de consciencia del grado más avanzado de presencia como para mantener la constancia y determinación de considerarla a lo largo del tiempo.

lunes, 29 de diciembre de 2014

Detectar la dinámica del ego neurótico y no reaccionar


El secreto consiste en no reaccionar a nada que proceda del ego; pensamientos, emociones, dolores, tanto físicos como emocionales, sensaciones más o menos disfóricas, creencias, juicios y discursos espontáneos procedentes del ego neurótico. La atención se debería centrar en la presencia, donde se halla el poder personal.

A veces surgen dolores con los que no contamos, se presentan de un forma particularmente intensa y provocan sentimientos de rabia, la cual expresa la rebeldia de ese impacto sorpresivo e inesperado del ego.

Estos incidentes sorpresivos e intensos, incluso pueden llegar a provocar reacciones de autoodio como repercusión, el cual se proyecta normalmente de forma pasiva o activa.

En todo caso es conveniente aceptar la emoción de enojo e indignación sin ponerle ninguna historia (que normalmente ya arrastra una desde hace tiermpo), de manera que fluya toda esa energia como fuerza natural.

Para esto último es importante no reaccionar, ni actuar la indignación a través del mecanismo neurótico de la imaginación para no derrochar la energia suscitada, la cual en su momento podrá ser utilizada de forma espontánea.

sábado, 27 de diciembre de 2014

Neurosis, Infelicidad y "Yo como experiencia"



Cada vez que dirigimos el foco de atención a la consciencia espaciosa del presente, desviamos el curso de la corriente de pensamientos condicionados, y por lo tanto, cada vez que hacemos eso, vamos debilitando al ego neurótico, el cual tiende a ocupar de manera compulsiva casi toda la actividad mental.

Esta operación, no obstante, se hace más difícil cuando hay distrés o infelicidad, y, en todo caso, puede ponerle a uno en contacto con la infelicidad de fondo. Esta posibilidad ya la observó Sigmund Freud cuando explicaba que la neurosis era una huida de una realidad en la que hay infelicidad; curar una neurosis supondría, pues, transformar a ésta en infelicidad común.

A pesar de esto último, la experiencia nos demuestra que si volvemos a ponernos en contacto con la infelicidad original, con la angustia básica, nos encontramos con otra posibilidad, distinta a la formación de un ego neurótico; si la vida nos ofrece otra oportunidad, podríamos disolver toda esa angustia existencial en el espacio de la consciencia.

Las tres herramientas fundamentales para alentar un desarrollo sano de la personalidad, o sea, la realización de sus potencialidades y corrección de sus deficiencias, son: el establecimiento de vínculos interpersonales saludables, la reflexión y la práctica de la presencia, con objeto de desplazar la propia identidad desde el ego neurótico al "yo como experiencia".

jueves, 25 de diciembre de 2014

Regalo de Navidad para donostiarra


La neurosis se manifiesta en las relaciones interpersonales.

Consideramos las relaciones interpersonales como un baile. Aquel que sintoniza con los demás es capaz de llevar el ritmo natural de las interacciones humanas. Se produce una danza armoniosa y, de manera espontánea, se va accionando o reaccionando dependiendo de los tiempos y formas de cada momento. Ahora me acerco, ahora me aparto y si hace falta, y es lo adecuado, me enfrento.

Si la persona alberga dentro de sí tanta ansiedad que le obliga a defenderse, tenderá a fijarse más en realizar aquellas operaciones o interacciones interpersonales que alivien su ansiedad, por lo que la perspectiva real del "baile" queda en segundo plano, lo que da lugar con frecuencia a una confusión. Tiende de forma compulsiva, bien a acercarse a los demás, a ir contra los demás o a alejarse, ciego a la situación real. Él necesita una situación imaginaria en la que se pueda sentir seguro.

¿Se imaginan un grupo de personas bailando la ezpatadantza donde uno salga a la palestra en un momento en el que se requiere de él que se quede atrás porque le toca a otro el protagonismo? ¿o que cuando haya que luchar adopte una actitud pasiva? ¿o que cuando haya que dar la espalda se niegue y la emprenda a bastonazos?

En fin, la tarea consiste en ir abriendo los ojos a la realidad para seguir el ritmo natural de los acontecimientos y dejar de perder tanta energia por empeñarnos en lo que deberiamos ser nosotros y el mundo. No se trata de adoptar una actitud pasiva ante la vida, sino de dejar que ella se exprese a través de nosotros. La vida misma se encarga del baile, nosotros no tenemos más que dejarnos llevar.

¿Qué tal un precioso villancico para terminar?
https://www.youtube.com/watch?v=cZ-8jYpa1-o

¡Feliz Navidad!

martes, 23 de diciembre de 2014

Religio est Libertas



El lenguaje del pensamiento, para mantenerse vivo, tiene que evolucionar, ha de hacerse presente, en cada ocasión, con toda la frescura de la espontaneidad.

Es por eso por lo que se observa una evolución en todo gran pensador a lo largo de su vida. Lo único permanente es el espacio por el que la creatividad y las distintas ideas van discurriendo.

Tal vez fue esa la razón por la que Martin Heidegger encontró que era precisamente la poesía el mejor vehículo para el nuevo pensar.

Es en el espacio donde se halla la libertad, esa libertad de la que habla Eugenio D´Ors en su presentación en el III Congreso internacional de Filosofía celebrado en Heidelberg en 1908.

"Todo lo que es condicionado y fatal puede convertirse en objeto de ciencia...No podemos afirmar la misma cosa de la relación de la libertad consigo misma. Ninguna operación mental es capaz de contener el hecho de su existencia...En consecuencia, la relación de la libertad consigo misma no puede ser una relación de conocimiento" (Eugenio D´Ors, Religio est Libertas)

Eugenio D´Ors afirma después que la libertad no constituye materia de ciencia, sino que es un imperativo de creencia. Sobre esto último cabe corregirle mostrando que las creencias son "objetos" de la mente, los cuales pueden también ser estudiados de manera científica. Es por tanto pues urgente aclarar, a estas alturas, que la libertad está directamente relacionada con la experiencia ("Yo como experiencia")

"Y en aquello que se refiere a las relaciones de uno consigo mismo, un camino abierto, no hacia la paz, que es la muerte, sino hacia la guerra, la buena guerra, la dulce guerra, no ya la defensiva, que sólo podría aspirar a una conservación de valores, sino la ofensiva, la agresiva; guerra de alma en que hay siempre algo por ganar" (Eugenio D´Ors, último párrafo de Religio est Libertas )  

No hay mejor experiencia que vivir la libertad de la consciencia. Tal vez quede aún mucho ego por digerir, mucha historia de dolor, pero al menos sabe uno hacia donde se debe dirigir.


Rafael San Andrés

¿Le gusta Haydn?
https://www.youtube.com/watch?v=3pPDFAoj_Tw

domingo, 21 de diciembre de 2014

Los tres estratos concéntricos del "Yo como objeto"


      

Ego neurótico (círculo concéntrico interior, el más cerrado, constreñido por  los debieras)

Ego social (círculo concéntrico medio, ámbito más abierto, constreñido por el grupo social)

Ego personal (circulo concéntrico exterior, el menos constreñido y abierto a la experiencia)

Del "Yo como objeto" es importante distinguir el ego neurótico (yo ideal-yo degradado), el ego social (autoimagen y autoconcepto proporcionados por familia y cultura) y el ego personal (yo auténtico, visión de un sueño genuino y campo de las propias deficiencias y potencialidades).

Al "Yo como objeto", o ego, lo forma todo aquello con lo que nos identificamos, pero hay sueños que nos salen del alma...
https://www.youtube.com/watch?v=OKA38GM1y-Y

viernes, 19 de diciembre de 2014

El ego neurótico


"What one really is may be easy to see, learning to trust and live consciously in the light of that reality is an immensely demanding and lifelong challenge" (Douglas Harding)

"Lo que uno realmente es puede verse facilmente, aprender a confiar y vivir conscientemente a la luz de esa realidad es una gran exigencia y un desafio de por vida" (Douglas Harding)

La resistencia a lo que es, es un componente básico de la parte neurótica del "Yo como objeto" o ego. El aspecto defensivo de éste adquiere su fuerza debido a su deseo de supervivencia. Y esto es así, aún cuando los ruidos más desagradables sean música celestial en comparación con ciertos pensamientos.

Mientras el individuo se sienta inseguro, con falta de confianza en sí mismo y atormentado por la angustia básica, no dejará de aferrarse a su ego neurótico o "yo ideal-yo despreciado", aún cuando éste no le lleve más que a la autocondena.

Esta dinámica es la que puede hacer que no resulte fácil aprender a confiar y vivir conscientemente a la luz de la realidad de lo que uno realmente es ("Yo como consciencia plena"), aún cuando éste lo haya podido ver facilmente en algun momento.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Efecto de rebote tras un evento


Tenemos que considerar el efecto de rebote, o repercusión, que se manifiesta en una persona introvertida e hipersensible, con posterioridad a un evento interpersonal, el cual le ha obligado a estar particularmente presente, o se ha visto acompañado de sucesos más o menos sorpresivos.

En estas recuperaciones posteriores al estrés interpersonal, la mente se hace con el control y absorve gran parte de la consciencia centrándola en un mundo interior de recuerdos, imaginaciones, ensoñaciones, en fin, un marasmo de ideas y pensamientos que campan a sus anchas y le pueden apartar al individuo durante un dia, o varios, de las actividades que normalmente lleva a cabo.

Se trataría de un tipo de estado alterado de consciencia, una disociación; de hecho, en estos casos, hay un aumento de dolor psíquico y más ensoñación diurna de lo que es habitual en cada individuo en particular. El individuo vendría a ser lo que aqui denominamos "Yo como agente".

lunes, 15 de diciembre de 2014

El "Yo como agente" es un proceso


Si queremos percibir algo del "Yo como agente", el ente que somos, sólo tenemos que dirigir el foco de atención hacia las sensaciones corporales. Eso es todo lo que podemos saber de él de forma directa.

Por lo demás, podemos saber también algo de él por las iniciativas y decisiones tomadas a lo largo del tiempo, decisiones, o direcciones del comportamiento, influidos por las particularidades del organismo, por el ego o por el yo verdadero.

No estamos capacitados para hacer una valoración definitiva de él hasta que no haya realizado todo su recorrido y deje de existir. Pero, allí y entonces, ya no estaremos nosotros para verlo...

jueves, 11 de diciembre de 2014

Una reflexión sobre el mundo exterior


Conviene distinguir en nuestra mente, aquellas áreas que no puede controlar, o que ofrecen una resistencia, a las cuales llamamos el mundo exterior, de las partes más internas, las cuales son manipulables como las reacciones emocionales, el pensamiento, la fantasía, la imaginación etc. Nuestra mente también se compone de la traducción cerebral del mundo exterior y nuestras acciones sobre él, o sea, sobre la resistencia que éste nos presenta.

El mundo exterior, además de incontrolable, de forma global, es incognoscible; sin embargo nuestro pensamiento e imaginación se las arregla para interpretarlo de acuerdo, entre otras cosas, con el clima emocional imperante en nuestro interior. De ahí, por ejemplo, la tendencia a pensar mal cuando se dispone de una baja autoestima.

De los objetos externos no es que haya que desconfiar, sino que hay que aceptar que todos ellos nos abandonarán tarde o temprano. Sólo nuestra Consciencia nos acompañará hasta la muerte. Gracias a ella, o a través de ella, se puede manifestar toda la riqueza del campo de potencialidades contenido en el "yo como agente", el cual, como ya vimos, es tan incognoscible como la síntesis del mundo exterior; sólo lo podemos conocer a través de los efectos de sus iniciativas y decisiones, elaboradas en su mayor parte de manera inconsciente, todo lo cual va marcando un destino.

La historia de nuestro organismo cuerpo-mente ("yo como agente") se va desarrollando al margen de nuestra Consciencia. No obstante, una Consciencia espaciosa, consciente de sí misma, facilita los procesos de desarrollo propios de cada individuo ("yo como agente").

martes, 9 de diciembre de 2014

¿Qué hacer con la infelicidad?


Si alguien, en el fondo de su vivencia personal,  experimenta una insuficiente confianza en sí mismo y siente, lo que podemos llamar, angustia básica, con una sensación de estar sólo e inerme ante un mundo potencialmente hostil, inundado por una especie de aprehensión y sentimientos de falta de plenitud, cuando se pone en contacto con eso, es posible que esté contactando con el centro de su yo como ente real, el cual no debemos confundir con la imagen degradada que uno hace de sí mismo cuando se encuentra por primera vez con estas sensaciones. Esto último pertenece a la parte irreal del sentido del yo.

Debido a todo este proceso, cuando es inconsciente, se puede, en un momento determinado, llegar a la siguiente idea: "me han hecho daño y tienen que pagar"

Lo mejor es hacerse consciente de esa idea y abandonarla, sustituyéndola por esta otra: "si me ha tocado estar solo e infeliz en este momento, acepto, aunque a mi alredor haya gente que, en plena euforia, baile de felicidad rodeado de familia y amigos"

Los más afortunados cuentan con mayor confianza en sí mismos, de buena autoestima y su actitud es más abierta hacia el mundo, pudiendo actualizar, por ello, con más facilidad sus potencialidades.

Aunque hay que reconocer que la infelicidad le llega, tarde o temprano, practicamente a todo el mundo.

Uno podría conformarse con estar al corriente de la verdad de la vida que le corresponde, o mejor dicho, de cómo se siente en cada momento, en el presente momento. Es la única manera de celebrarla en el "peor" de los casos, dejando a su vez que los demás la celebren con lo que  les haya tocado.

domingo, 7 de diciembre de 2014

"Yo como agente" "Yo como objeto" y Psicoterapia


Lo más central y profundo que nos habla del "yo como agente" son sus decisiones e iniciativas, asi como algunos estados afectivos vitales o primarios. Sabemos también que le anima el instinto de supervivencia. Es una potencia que se resiste a la fatalidad. Sabemos cuales son sus límites biológicos. El "yo como agente" es un ente que se mueve por su supervivencia y por su desarrollo. Es un campo de potencialidades, donde se encuentran sus dones y capacidades esperando las condiciones adecuadas para su actualización. También posee sus ventajas e inconvenientes de origen hereditario y constitucional.

El "yo como agente" sería el "yo científico", una descripción imposible de toda la profundidad de un ente humano, un yo incognoscible que va marcando un destino particular. Conocer el "yo como agente" sería equivalente a conocer el destino de alguien en concreto, de alguien del que queremos conocer toda su infinita complejidad de manera científica.

Del "yo como objeto" nos hablan las reacciones autoprotectoras del la propia autoimagen y autoconcepto y las emociones que las acompañan. Le anima el deseo compulsivo de mantener y potenciar la autoimagen, que en realidad son de dos tipos, una glorificada y otras degradada, cuyos límites son difusos, inconsistentes y, evidentemente, imaginarios.

No olvidemos que el "yo como objeto" es una ilusoria y muy pequeña parte del "yo como agente".

El "yo como agente" contiene el instinto de supervivencia biológico, el campo de potencialidades genuinas y los deseos y miedos del "yo como objeto" que se esfuerza por sobrevivir.

El "yo como objeto" contiene la neurosis, la cual puede ser tratada a través de la psicoterapia y la práctica de la presencia, o sea, un reforzamiento del "yo como experiencia".

La psicoterapia consiste en una invitación a una reflexión capaz de distanciarnos de nuestras identificaciones (conscientes o no), resolver problemas, fomentar buenos hábitos y vivir una experiencia correctiva con alguien de quien nos podemos fiar y nos ofrece la posibilidad de mejorar la autoestima, la cual se va reforzando a través de experiencias de éxito.

El reforzamiento del "yo como experiencia" consiste en un crecimiento en presencia, la cual se va alimentando a través de la experiencia del aqui y del ahora, con grados cada vez mayores de aceptación de todos los contenidos que van apareciendo ante el inabarcable e inobjetivable campo de la Consciencia.

viernes, 5 de diciembre de 2014

Airear la mente


Se trata de introducir una corriente de consciencia, cada vez mayor, en cualquier cosa que estemos haciendo o pensando.

Sería como airear la mente cada vez que añadimos una consciencia espaciosa a lo que, en un determinado momento, la tiene cautiva, es decir, a lo que tiene cautivo al foco de atención.

Una forma muy fácil de conseguir una consciencia más amplia a lo que uno está haciendo es dirigir la atención simultaneamente a la respiración.

Primero hay que tenerlo muy claro, o simplemente tener fe en ello, y después esperar que el "yo como agente", o sea, la entidad insondable que uno es, mantenga la motivación e intención de practicarlo.

Al fin y al cabo, cuanta más consciencia se insufle en el día a día, mejor y más deprisa se irán desarrollando las potencialidades propias del "yo como agente", ya que con esta operación aumenta claramente el poder personal.

Pero ¡ojo! Los esfuerzos por la espiritualidad podrían estrechar paradogicamente el foco de atención y generar lo que podriamos llamar una toxicidad espiritual, lo que requeriría tener que volver a airear la mente, de alguna manera, en sentido inverso.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

El camino hacia la luz


Ramana Maharsi, a través de la autoindagación, quiso encontrar la respuesta a la pregunta "¿quién soy yo?" en la consciencia libre, en el "Yo como experiencia", llamado también espíritu, espacio, quietud...

Tal vez no pudo aceptar que la pregunta no podía tener respuesta debido a la insondabilidad del "Yo como agente", la entidad que somos, una entidad real, una potencia que se resiste a la fatalidad; toda una "maquinaria" increiblemente compleja, deseosa de amor, poder y libertad infinitos; es el organismo cuerpo-mente que determina nuestro destino.

El "Yo como agente" es incognoscible e inmensamente más grande que lo que creemos que somos; habitualmente creemos que somos el "Yo como objeto" o ego, nuestra autoimagen y autoconcepto.

El despertar consiste en percibir el fenómeno ilusorio al que llamamos "Yo como objeto", como una cosa más que se presenta ante el infinito campo de la consciencia, a lo que denominamos "Yo como experiencia", espíritu, espacio, etc...

Todas éstas palabras, sinónimos de "Yo como experiencia", las cuales apuntan hacia el inefable ser no son más que indicaciónes de "algo" a lo que no se puede objetivar, de "algo" que contiene a todos los fenómenos que aparecen ante la consciencia. El despertar es la identificación con la quietud, con el silencio, con la consciencia espaciosa.

El despertar no guarda relación con  ninguna característica psicológica ni condición social ni ocupación. No hay método ni enseñanza alguna que lo garantice. El despertar depende del "Yo como agente", el cual es misterioso e inescrutable.

Tal vez lo único que podamos hacer es aprender, y enseñar, a detectar los obstáculos, impedimentos o errores que nos apartan de la luz.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Había una vez un anacoreta...


Habia una vez un anacoreta que se hallaba con un joven discípulo en mitad del desierto.

A partir de cierto momento el joven empezó a ponerse nervioso, se sentía cada vez más inquieto.

El anacoreta le miraba y esperó al anochecer para preguntarle.

¿Qué te pasa, querido discípulo?

El joven le respondió "No sé...llevamos aqui ya bastante tiempo y no conseguimos nada, no llegamos a ninguna parte, me parece que estamos perdiendo el tiempo, de este modo no lograremos nada"

Tras un silencio, el anacoreta le respondió: "Ya sabía que era eso lo que te estaba preocupando. Es normal, pero te diré una cosa que ya casi nadie recuerda. La vida no está en el conseguir cosas, riqueza, posición, victorias ni notoriedad. La vida se asemeja más al tiro al arco. Todo el tiempo que emplees en apuntar a la diana no es tiempo perdido, como si empeñas toda tu vida en ello".

Y a continuación se dispuso a servir la sopa para la cena.


Todo el tiempo que emplees en apuntar al centro de la diana no es tiempo perdido...

El motivo por el cual, al final, nos morimos, para descansar en paz, es porque la vida no tiene arreglo. No se llega nunca al final feliz que uno siempre ha estado esperando.

En realidad, lo que la vida te va enseñando, con el tiempo, es a aceptar y disolver dosis cada vez mayores de dolor hasta que uno es capaz de mirar a la muerte, cara a cara, sin temor.

Sólo nos queda la opción de disfrutar de la propia consciencia, de la vida que uno experimenta directamente en el momento presente, con su gozo y, a veces, con su dolor; nos queda la opción de convertirnos en "yo como experiencia".

Des-identificarse de la mente, o "yo como objeto", es el mayor logro que un ser humano pueda alcanzar. Comparado con esto, cualquier posesión, éxito, capacidad, conocimiento o victoria resultan insignificantes.

Lo que ha de hacerse surgirá por sí mismo, desde el propio campo de potencialidades, el cual es parte central de lo que aquí denominamos "yo como agente".

En cualquier caso...la vida siempre será mejor a tu lado
https://www.youtube.com/watch?v=rYNW1IxaFf4

sábado, 29 de noviembre de 2014

¡He sido yo!


El "Yo como objeto", o ego, suele apropiarse de los triunfos que nos da, a veces, el "Yo como experiencia" cuando se expresa este último, como es natural, a través del "Yo como agente".

Cuando el "Yo como agente" es impulsado por el "Yo como experiencia", cuando este último determina la conducta de aquél, podemos estar seguros que se trata de la expresión del verdadero yo.

Cuando se expresa el verdadero yo, invadiéndole a uno cierta energia luminosa acompañada de gozo, se suele mezclar con la vana e ilusoria creencia del ego de haber "vencido sobre el universo".

El "Yo como objeto", o ego, levanta los brazos, en señal de victoria, exclamando orgulloso: ¡He sido yo!

lunes, 24 de noviembre de 2014

De la vergüenza al despertar


Cuando uno se ha sentido una vergüenza, un estorbo, o inadecuado toda su vida, cuando se hace mayor, no es que sienta vergüenza por ser mayor, sino que se ve a sí mismo viejo porque se sigue sintiendo un estorbo.

Hay una cosa peor que estar viejo o incapacitado: el sentirse una vergüenza o un estorbo.

Éste es uno de los motivos por el que algunas personas pasan periodos de soledad.

Y es que al sentirse así, uno atrae un tipo especial de relaciónes a lo largo de la vida de las que, tarde o temprano, tiene que desprenderse.

La vida humana no es que no tenga sentido, es más bien que resulta difícil, a veces imposible, saber cuál es.

Después de una adecuada reflexión, junto con una adecuada desintoxicación social, se puede uno sentir bien, pero a continuación se suele presentar, de nuevo, un torrente mental, condicionado, generador de dolor, por lo que es conveniente tratar de seguir manteniéndose en la presencia, seguir creciendo en presencia.

Todos estos sentimientos negativos no llegan a desaparecer completamente sólo por la reflexión, sino por una transmutación a través de la presencia.

Lo esencial es llegar a comprender que lo importante no es lo que se está haciendo, o no haciendo, sino el estado de consciencia que se está viviendo.

Hay que tener en cuenta, sin embargo, que una ayuda, a través de alguna actividad, es necesaria, en ocasiones, para romper la inercia del disco rayado del pensamiento, el cual está siempre empeñado en afianzar un personaje.

El propósito de la vida humana sería el logro del mayor empequeñecimiento o distancia posible de ese personaje, generador de vergüenza, ("yo como objeto"), por medio de la presencia ("yo como experiencia")

lunes, 17 de noviembre de 2014

La incongruencia de Heidegger


Podemos entender la incongruencia de Heidegger entre su brillante filosofía y su comportamiento mezquino durante el nazismo, desde la luz que nos ofrece la distinción entre el "yo como experiencia" y el "yo como objeto" los cuales, ambos, en su caso, parece ser que estuvieron, desde que tuvo claro su mensaje en su libro "Ser y Tiempo", muy desarrollados.

Desarrollar el espíritu, o la consciencia del ser, no lleva, casi nunca, a una desaparición del ego; éste puede hacerse monstruoso, en cualquier caso, dependiendo de las circunstancias, oportunidades o tentaciones para un gran "yo como objeto", o ego, más o menos latente o adormecido.

Tal vez Heidegger fue simplemente un ser humano; un gran ser y un gran humano, con todas las miserias que esto último pudo, en su caso, llevar consigo.

El "yo como objeto", o ego, es la autoimagen junto con el autoconcepto e historia que contamos de nosotros mismos, y tiene un aspecto de "sensación de yo", separada del resto del mundo; la hinchazón de ese "yo", a través de la ira, rencor o deseos de venganza, junto con la voz permanente en la cabeza, expresión del pensamiento, que es a lo que podemos llamar la expresión del ego.

Puestos a aceptar, lo primero que habría que aceptar es el gran poder del ego; relacionado con él está la severa auto-crítica interna cuando las cosas no van bien y hay dificultades o limitaciones.

Aceptaremos que lo "fácil" es el conocimiento; otra cosa es poner en práctica la presencia, a lo que podríamos llamar sabiduría; y es precisamente ahí a donde queremos llegar; en realidad sólo podemos aspirar a estar en el camino.

La consciencia del ego siempre nos recordará que somos humanos pero además, y esto es lo más importante, también nos puede llevar a reflexionar lo suficiente para evitar todo el mal que el ego es capaz de producir.

Creo que ésta es la última lección que Hannah Arendt  podría haberle dado a su maestro.

viernes, 14 de noviembre de 2014

El mito de la sabiduría oriental


Estoy llegando a la conclusión que tanto en Oriente como en Occidente se ha realizado un gran esfuerzo, a lo largo de la Historia, para llegar a la verdad, a la iluminación, por decirlo de alguna manera.

No hay por qué pensar que en Oriente ha habido más casos de iluminación sólo porque parecen haber utilizado un lenguaje diferente y aparentemente más encaminado a alcanzar ese estado de conocimiento supremo o porque hayan desarrollado determinadas técnicas de meditación con el objetivo de llegar a él.

Hay diferentes caminos para alcanzar dicho conocimiento, algunos de ellos son la creatividad y la reflexión, a través de las cuales es posible llegar a un punto, sin palabras, por el que muchas personas han vivido algo a lo que, provisionalmente, podemos denominar iluminación.

Habría que ver cuántos artistas, filósofos y científicos en la Historia occidental la han alcanzado. Yo diría que bastantes más de los que tendemos a creer. En muchas ocasiones llegan a un punto en el que se dan cuenta de que tropiezan con lo inefable, como Wittgenstein, por poner un sólo ejemplo.

Otros caminos los han seguido los místicos en todas partes del mundo, llegando a ese estado de beatitud, sin necesidad de recurrir al lenguaje oriental ni a técnicas especiales de meditación.

Tenemos que reconocer que en muchas ocasiones se produce la iluminación de forma espontánea y no hay por qué creer que este fenómeno se dé con más frecuencia en Oriente que en Occidente.

No hay ningún método de meditación que pueda garantizar que practicándolo se llegue antes al despertar de la consciencia, en cambio sí podemos ver una relación directa entre experiencias vitales, como las experiencias cercanas a la muerte, reales o imaginarias, y un cambio transcendental en la persona.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

La comprensión básica


Conviene creer o, mejor aún, darse cuenta, que la autoimagen es una simple ilusión y descansar en la consciencia abierta o "yo como experiencia". Desde esa perspectiva, nada resulta imprescindible ni absolutamente repulsivo. Uno se va alejando de su dolor, de los tormentos emocionales producidos por la impermanencia y el autoodio.

El camino hacia el "despertar" consiste en afianzarse en una creencia, la cual con el tiempo se hace evidente: la de que no se existe como ente definido.

Creo que lo mejor es olvidarse de ese concepto de "despertar", que, en realidad, no es más que otra palabra más, una palabra que connota un estado deseado, algo a lo que llegar ¿y quién quiere llegar ahí? una vez más...el "yo como objeto" o ego...¡que no existe! Bueno, sí existe, pero como una pura convención social; es una ilusión conveniente, nada más.

Uno quiere que no le molesten, pero sería bueno ir más allá y que nada le molestara a uno porque no hay nadie a quien molestar; ésta es la comprensión básica.

martes, 11 de noviembre de 2014

Ausencia y culpa


Cuando uno está en casa, sin hacer nada, con la atención puesta en otro "mundo", tampoco parece posible mantener la atención en el presente de manera ininterrumpida, pero podemos considerar esta situación como una situación de estrés e intentar reducirlo tratando de recurrir, lo más posible, al momento presente dirigiendo la atención, sobre todo, a la sensación corporal interna y a la respiración.

Hay un momento de dolor cuando, de repente, uno se da cuenta de que no ha estado presente durante un buen rato. Éste es una buena oportunidad para hacerse consciente del crítico interno, de esa reacción de autorreproche, con todo su desdén y culpa, pero ¿quién ha estado ausente? Sólo se trata de la manifestación de ese crítico interno, expresión de autodesdén, incluso autoodio, a veces, cuando uno siente miedo o angustia.

Este es un tema importante porque es un generador de dolor en quien está tratando de crecer en presencia. Es lo que John Welwood denomina, superego espiritual.

Así pues, cuando uno ve que ha estado demasiado tiempo ausente y se siente culpable, puede uno aprovechar para darse cuenta de la tendencia al autorreproche motivada por los sentimientos de culpa tóxica y dejarlo fluir.

sábado, 8 de noviembre de 2014

Nuestros hijos darán el siguiente paso

En mi generación nos hemos impregnado de la mentalidad de los existencialistas y el humanismo, más allá de esa actitud prepotente de quien intenta estudiar "científicamente" al ser humano. 
 
En la actualidad estamos tratando de ir un poco más allá y pretendemos liberarnos del pensamiento; el Ser no se deja atrapar por el intelecto.
 
Nuestra esencia se alcanza a través del crecimiento en presencia, del refuerzo del "Yo como consciencia plena", a través de un instalarse, lo más posible, en el aqui y en el ahora. Esa es la via regia hacia la actualización del verdadero yo; ese campo de potencialidades donde residen todos los dones y capacidades del ser humano, localizados en el siempre insondable "Yo como agente".

No sé cuál será el siguiente paso pero yo me conformo con dejar para la siguiente generación lo conseguido hasta el momento, o sea, el logro de una distancia, lo más amplia posible, con respecto a los automatismos mentales condicionados por el pasado, o sea, con respecto al "Yo como objeto" o ego.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Teoría primaria y teoría secundaria


Llamamos teoría primaria a aquella procedente de los argumentos, experiencias y estudios que nos indican que un ejercicio, acto o procedimiento es vital para conseguir algo.

También habría que incluir como teoría primaria a aquellos presupuestos en los que uno cree firmemente como capaces de ayudar al individuo a alcanzar algo fundamental y de máxima importancia a través de una actividad determinada.

Lo que más interesa a muchos es conseguir la paz interior y el desarrollo de sus potencialidades.

La teoría primaria, pues, más interesante sería aquella que tuviera una relación muy estrecha con la práctica de aquella actividad que sabemos que va a aportar mayor seguridad al individuo.

Sólo desde la seguridad se puede alcanzar cierta paz y se pueden desarrollar las potencialidades de manera espontánea.

Lo que vengo proponiendo, por los datos obtenidos y por mi plena confianza, es que es precisamente la presencia la que nos abre las puertas a un estado de consciencia que, no ignorando el sufrimiento, nos aleja de él.

Toda la teoría posterior tendrá que ver con la práctica de ese ejercicio; es a ésta a la que llamamos teoría secundaria.

Llega un momento en la vida en que uno tiene que leer el libro que le sale de dentro mientras mantiene su mente en silencio.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Presencia y despertar


Ya va siendo hora de distinguir entre, por una parte, los esfuerzos por mantenerse presente, los cuales resultan ser muy eficaces para elaborar, de forma saludable, las emociones negativas dolorosas y, por otra parte, el logro de un estado de consciencia libre de ego, a lo que se suele llamar normalmente despertar o iluminación.

Para conseguir esto último, hay quien opina, que no se pueda hacer nada. De todos modos es más probable alcanzar ese estado de consciencia, llamado despertar, practicando la presencia que no haciéndolo.

El sufrimiento provocado por el ego, o la vivencia de grandes pérdidas personales, puede ser un aliciente, en algunas personas, para que se produzca automaticamente la presencia permanente y se desprenda de gran parte del ego, de manera parecida a como lo haría alguien que está buscando el aire cuando se está ahogando.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

La ilusión de control


No debemos olvidar la investigación sobre la ilusión de control y su relación con lo que creemos que somos, un "Yo como objeto" o ego.

¿Quién abandona la ilusión de control, se desprende de su ego y se funde seguidamente con el Universo?

La instancia que realice esa operación tendrá que ser algo distinto al ego, ya que éste es tan ilusorio como la sensación de control.

Sería, pues, una actividad, una función del inconsciente "Yo como agente", a saber:

La disociación, o sea, una capacidad del foco de atención de la mente de adoptar una perspectiva distante con respecto al mundo, incluido uno mismo, o sea, incluido el "Yo como objeto" o ego.

Algunas veces uno disfruta de esta operación cerebral autónoma de disociación y levanta los brazos en señal de victoria por esa especie de logro, el cual es considerado como "personal".

Nos tomamos de forma personal todo lo que nos pasa y es que, como dice Carlos Castañeda, tenemos un sentido de la autoimportancia que nos hace perder mucha energia.

Toda esa autoimportancia es parte de lo que llamamos "Yo como objeto" o ego, por lo que distanciarnos de él es dejar que muera un poco esa ilusión, esa fuente de sufrimiento.

lunes, 3 de noviembre de 2014

La paradoja espiritual


Tenemos que distinguir entre la práctica de la presencia y el estado de consciencia que se pretende conseguir con dicha práctica.

Aqui hay una paradoja; por una parte la presencia se practica por sí misma, sin ánimo de situarse en ningún lugar futuro, pero, por otra, no es en sí misma la presencia lo que se pretende unicamente, sino un estado de consciencia libre.

Tal vez haya otros caminos para llegar al mismo estado mental: como el entrenamiento autógeno, otros tipos de meditación, aprovechamiento de ese mismo estado mental cuando se presenta de manera natural, la disociación producida por el sufrimiento y otros caminos que tendremos que considerar.

Alejarse de uno mismo, renunciar al control, desapego, aceptación del momento presente, identificación con la consciencia. Todo esto produce la paz y la seguridad a las que intentamos llegar con la práctica de la presencia o mindfulness.

Aunque hay que decir que, incluso, cuando ya se ha crecido mucho en presencia, el acceso a ese estado mental especial se encuentra más o menos cercano, dependiendo del estado mental de fondo. En estados mentales regresivos puede resultar imposible acceder a él.

En realidad la práctica de la presencia no sólo es la via regia hacia un estado de consciencia elevado, sino la mejor manera de eludir, sin necesidad de ninguna represión o negación, las emociones que podemos considerar negativas o dolorosas.

La paradoja consiste, pues, en que, mientras se practica la presencia, es aconsejable no esperar nada, mientras que, a la vez, se trata de una práctica que le conduce al individuo a un estado mental deseable.

domingo, 2 de noviembre de 2014

El fundamento sin fundamento de la vida


Sea cual sea la situación presente, sólo en este punto puede uno estar en consonancia con el fundamento sin fundamento de la vida y sustraer la paz del vacio total, de la inseguridad, de la aceptación de lo que es, sabiendo que lo que es, es un fluir de fenómenos más o menos agradables y un caminar sin "final feliz". Y sabiendo eso, sólo la instalación en el presente, el contacto con la vida misma, nos puede traer gozo y seguridad.

Lo cierto es que aunque la existencia de uno parezca ser feliz y la de otro infeliz, las dos circunstancias son temporales; acaban terminando ambas condiciones. El fundamento sin fundamento de la vida, su impermanencia, su falta de "final feliz", su provisionalidad se aplica a todo ser humano, por muy buenas condiciones que parezca tener.

Sin embargo es precisamente esa tristeza provocada por la cualidad insondable, transitoria y, a la vez, dulce de la existencia humana la que puede llevar a una plenitud del corazón cuando se abre uno a lo que es.

Mira qué maravilla de canción, donostiarra: "hay una grieta en todo, asi es como entra la luz..."

https://www.youtube.com/watch?v=JgQsjUds8Cs

viernes, 31 de octubre de 2014

Estabilidad emocional


Hay temporadas en que uno está menos despierto, bien sea por depresión, estrés u otros problemas; no obstante es de esperar que se mantengan situciones en la que se intente practicar la presencia; como por ejemplo al ir a dormir, hablar con la gente, estando en la naturaleza o cuando percibimos sufrimiento.

Una de esas temporadas en que uno está bajo un estado más bien depresivo, se encuentra a merced de las historias que uno se ha estado diciendo a sí mismo a lo largo de la vida en semejantes circunstancias. Es como entrar en una espiral regresiva que te absorve y te aleja de todo el avance que se ha estado haciendo. Provoca desánimo, falta de fe y desesperación en mitad de una gran confusión.

La estabilidad emocional puede tener que ver con la capacidad de sentir casi simultaneamente una gama amplia de sentimientos, incluyendo el enfado, miedo, tristeza y gozo y todo ello alejado, lo más posible, de las correspondientes explicaciones o historias en relación a cada uno de esos sentimientos.

jueves, 30 de octubre de 2014

Trampas de principiante


Una trampa típica del principiante sería el negar la situación de vida, exigirse a sí mismo el no penasr en ella para nada, y pretender que con el momento presente ya se estaría en el paraiso y que no sería necesario nada más. Tal vez la mayor trampa consistiría en creer que esto es posible y obsesionarse con ello. Permitirse descansar de "intentarlo", es también parte del proceso.

En esta fase aún no se tiene claro que uno no puede dormirse en los laureles. Todo va cambiando, es mutable y no hay un fundamento sólido en ningún momento. Tanto las circunstancias externas como los estados mentales se suceden unos a otros constantemente. Nunca podemos decir "ya he llegado". El camino incierto es lo cierto.

No pueden dejar de molestarnos, en bastantes ocasiones, el mundo exterior o los recuerdos, o más bien, la interpretación que hacemos de todo ello, los condicionamientos mentales.

La clave está en permitirse, de vez en cuando, no rellenar el presente con ninguna actividad externa ni actividad interna mental, poniéndose uno, cada vez más, en contacto directo con la vida misma.

Algunos de los más importantes y persistentes enemigos de la práctica de la presencia, o mindfulness, podrían ser:

-El rechazo de las las tres marcas de la existencia (impermanencia, ausencia de identidad del yo y sufrimiento)

-El condicionamiento del pasado, con sus recuerdos y reacciones emocionales, como los sentimientos de culpa, por ejemplo.

-La regresión psicológica.

- La falta de fe, o más bien, el olvido de los efectos de la práctica de la presencia o consciencia espaciosa del presente, el cual nos acercaría a la consciencia pura y a la libertad.

En resumen, el rechazo de lo que es, la inercia mental y el olvido.


Auto-desprecio

 
Cuando se dispone de baja autoestima, auto-desconfianza y vergüenza tóxica, uno no se desprecia porque se esté culpando por esto o aquello, sino que no puede dejar de culparse por cualquier cosa porque se desprecia o se odia a sí mismo.

sábado, 25 de octubre de 2014

Para ti, donostiarra (o de algún lugar cercano)


Esta tarde, mientras empezaba a anochecer, he mirado a través de la ventana, desde mi sillón favorito, y me he dejado llevar por una bandada de pájaros que ponía vida y contraste a un precioso cielo azul.

Me he ido con ellos, con los pájaros, volando por encima de árboles y campanarios.

Una forma, como otra cualquiera, de aliviar la tristeza que se me estaba instalando en el cuerpo.

De repente me han venido algunos pensamientos, unos pensamientos que me susurraban lo bien que voy a estar el año que viene cuando se resuelva...¡sí, eso!

¿Cómo? ¿el año que viene?

¡Pero si sólo tengo este momento!

Prefiero antes el fluir de la tristeza, en este momento, que la mejor y más prometedora idea.


Mira que canción más bonita, donostiarra, espero que te guste :-)

https://www.youtube.com/watch?v=3xN5MCL8dfw

viernes, 24 de octubre de 2014

El " no puedo vivir conmigo mismo" de Eckhart Tolle

El "no puedo vivir conmigo mismo" de Eckhart Tolle, mientras tenía su famosa experiencia a los 29 años, parece hacer referencia a una identificación importante para él hasta ese momento.

Probablemente llevaba un tiempo desligándose de esa imagen siguiendo un camino de progresión y regresión con las correspondientes depresiones asociadas al proceso, hasta que se desidentificó completamente.

Para desidentificarse de alguien ayuda el llegar a una visión más "realista" de esa persona. En realidad nadie tiene una imagen tan interesante como para que lo tengamos que confundir con lo que somos.

No podemos vivir con la condición de que esa persona esté ahí, en nuestra mente, la vida no está en ella, o mejor dicho, está también en ella pero no somos nosotros. La vida sólo puede ser vivida directamente.

miércoles, 22 de octubre de 2014

¿Y por qué en vez de impecabilidad no le llamamos libertad?


Según Carlos Castaneda, la impecabilidad es el uso correcto de la energia

Para Castaneda ser impecable implica erradicar las situaciones que consumen gran cantidad de nuestra energía, como por ejemplo, no tener un objetivo claro de qué queremos lograr, o permitir que la opinión o el juicio de otras personas nos influyan al punto de afectar nuestros patrones de comportamiento (yo diría que esto guarda relación con la falta de confianza en uno mismo).

Pero para él, lo que más energia consume es la importancia personal.

El segundo concepto a tener en cuenta, pues, relacionado con el de impecabilidad, es el de la importancia personal. Carlos Castaneda la señala como nuestro mayor enemigo, ya que acostumbramos tomar las actitudes de otras personas o lo que nos dicen en forma personal. Este mecanismo provoca que nos sintamos ofendidos por las cosas que quienes nos rodean hacen o dejan de hacer, dicen o dejan de decir. Como resultado, pasamos gran parte de nuestro tiempo enojados o disgustados con alguien.

La importancia personal suele provocar malos entendidos y situaciones incómodas que, nuevamente, atentan contra nuestro buen manejo de la energía, ya que la desperdiciamos en un esfuerzo denodado por tener razón para convencer al otro, en vez de, simplemente, escucharlo, tratar de comprender qué quiere decir con sus palabras, entablar una conexión, sopesar la respuesta que estamos recibiendo y apostar a una comunicación fluida, desde una posición más relajada.

La importancia personal es una de las actividades que más energía nos consume. Vale la pena incluirla en uno de los primeros puestos de nuestro inventario estratégico para ser impecables y así gozar del número incalculable de posibilidades nuevas que se abrirán ante nuestros ojos al disponer de una mayor cantidad de energía.

A mi modo de ver podriamos expresarlo del siguiente modo:

La idea de ser impecable, de Castaneda, haría referencia a la capacidad del individuo de disfrutar de la máxima libertad en la utilización de la energía.

El mayor consumidor de energía del individuo es su propio ego. Por lo tanto es fundamental saber lo que es el ego y cómo funciona. El ego es un patrón de pensamientos, emociones y reacciones, con los cuales el individuo se identifica, los cuales mantienen la ilusión de que uno es alguien especial e importante, separado del mundo y de los demás, y para ello requiere una cantidad enorme de energia que queda cautiva de dicha actividad ilusoria.

A mayor confianza en sí mismo y menor ego, mayor libertad, con mejor uso de la energia, la cual se emplearía, en este caso, en la puesta en marcha espontánea de las propias potencialidades y dones en vez de emplearla en apuntalar el ego.

Con respecto a la primera idea de Castaneda, de derroche de energía, por no tener un objetivo claro, hay que decir que uno no se da cuenta de lo que quiere pensando en ello, sino liberándose del ego y dejando que la vida actúe a través de su "Yo como agente".

Las dos herramientas fundamentales para la realización personal y, por lo tanto, para el cultivo de una mayor libertad y mejor provecho de la energía serían la exposición a las situaciones temidas, las cuales generan confianza en uno mismo, y el crecimiento en presencia, el cual serviría para ir erosionando el ego.

La ventaja de denominar "capacidad de libertad" a esta condición que describe Carlos Castaneda como "impecabilidad" es que la capacidad de libertad sugiere una función, un proceso, mientras que la palabra impecabilidad está relacionada con un adjetivo, el de impecable, que viene a ser una etiqueta o pensamiento que el ego puede utilizar para apropiarse de una identificación más.




*Las referencias a Carlos Castaneda están sacadas del blog de Merlina Meiler, la cual hace referencia, a su vez, al libro de aquél "El fuego interior"

lunes, 20 de octubre de 2014

La "silenciosa" condena


 La felicidad, o satisfacción con la vida, está relacionada con la calidad y cantidad de vida social que se disfrute junto con una buena autoestima, la cual suele estar relacionada con lo anterior.

La cuestión es que a muchos no les es concedida esa condición y son conscientes de ser menos felices y creen, por lo tanto, que así son percibidos por los demás, todo lo cual genera sentimientos de vergüenza.

Aceptar que a uno le ha tocado poco pastel, sin sentir culpa por ello, puede ser una bendición para el "desafortunado".

Es el "yo como objeto" o ego quien se compara con los demás, no el "yo como experiencia".

¡Qué importante es discriminar entre el silencio de la pura consciencia y la "silenciosa" condena que proviene del ego!

sábado, 18 de octubre de 2014

El mayor enemigo de la actividad despierta


El mayor enemigo de la actividad despierta o madura es la instalación de un estado emocional regresivo como puede ser una depresión, donde no dejan de repetirse los mismos guiones de un ego del pasado que quedó fijo en la memoria inconsciente y nos mantiene ausentes por disminución en la energía psíquica que afecta a la capacidad de atención.

Esto es lo peor de un estado depresivo que, de alguna manera, le deja a uno inconsciente.

Como dice John Welwood: "La depresión comienza en el momento en que nos sentimos culpables de no poder mantener a ralla al sufrimiento, de sentirnos vulnerables o tristes, de no poder descansar en los laureles, de que el trabajo, las relaciones o cualquier otra situación mundana no nos proporcione la plenitud" (Psicologia del despertar)

En definitiva, la depresión se agudizaría cuando a la vez de encontrarnos con dificultades que disminuyen nuestra capacidad de atención, por un estado de infelicidad que nos sobrepasa, nos sentimos culpables por ello.

jueves, 16 de octubre de 2014

Basta ya de palabras y a dormir

 
 
Reconoco que las cosas no han sido como a mi me hubieran gustado que fuesen y que al no aceptar lo ocurrido siento dolor.

La aceptación de ese dolor me puede liberar de todo aquello que no acepté en su debido momento.

De esa manera dejo de estar en deuda con el pasado, por lo que puedo vivir más plenamente el presente.

Tal vez a continuación surja el miedo, un miedo que debe ser aceptado y disuelto en la consciencia, para poder seguir espontaneamente los designios del espíritu.

¿Y qué pasa cuando uno se ve sobrepasado por la infelicidad?

En esas condiciones, lo que le apetece a uno es dejar de pensar y dormir.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Bullicio mental



Hay veces en que practicamente toda la consciencia está "confundida" con los fenómenos que se van presentando en la mente, fenómenos tanto del mundo exterior como del mundo interior.

En estos casos no queda espacio; el espacio está repleto de "objetos" y no hay lugar para la consciencia de la consciencia misma, la cual es el espacio, espacio, en este caso, relleno de cosas.

Durante un tiempo no somos conscientes de que esto está ocurriendo y nos hallamos prisioneros de contínuos automatismos condicionados. Nos hallamos inmersos en mitad de un bullicio mental.

Afortunadamente llega un momento, tarde o temprano, en que nos damos cuenta de que nuestra consciencia está cautiva; en ese momento, podemos aprovechar esta reflexión para liberarla.

Conviene aprovechar dicha reflexión, aún cuando se trate de una experiencia fugaz, o se haya estado en pleno bullicio mental durante mucho tiempo. Se trata simplemente de un darse cuenta.

El avance personal hacia la madurez, o hacia una mayor paz espiritual, puede consistir perfectamente en que cada vez pone uno menos de su parte para ir en la dirección del bullicio mental.

Esto último quiere decir que, cada vez que la vida te ofrece la oportunidad de elegir entre la presencia o el pensamiento improductivo, la elección se decanta siempre por una presencia capaz de disolver el dolor propio del bullicio mental.

domingo, 12 de octubre de 2014

Más allá de la vergüenza


Necesitamos darnos cuenta de nuestra propia vergüenza para empezar a disolverla, para ello es necesario exponerse a ella y aceptarla sin temor ni tristeza.

La vergüenza disminuye a la luz de las relaciones que no la generan. Tal vez la soledad sea un desierto inevitable, por un tiempo, para aquellos que se quieran liberar de antiguas relaciones tóxicas.

Es fundamental darse cuenta de que nadie es mejor ni peor que nadie. Todos somos en el fondo consciencia pura, un "yo como experiencia", un trocito de consciencia universal al que también podemos llamar  "Presencia".

En cualquier caso, pongamos el nombre que pongamos a lo que somos en lo más profundo, no servirá más que para indicar el espacio en el que se desenvuelve el "yo como objeto" o Ego, y ese espacio... no se puede denominar realmente, solo se puede vivir, es el espacio donde se presenta el "yo avergonzado", es la Presencia misma que está más allá de la propia auto-imagen, incluso más allá de cualquier imagen, pensamiento, emoción, sensación o percepción.

viernes, 10 de octubre de 2014

La regresión es el precio de un progreso


La regresión se puede producir, en ocasiones, cuando se encuentra uno con un desafio, real o imaginario, que provoca miedo, ansiedad o ira. Aqui nos ocupamos del desafio que supone un progreso.

Dentro de un proceso psíquico que comporta una trayectoria o un desarrollo, se designa por regresión un retorno en sentido inverso, a partir de un punto ya alcanzado, hasta otro situado anteriormente.

En sentido formal, la regresión designa el paso a modos de expresión y de comportamiento de un nivel inferior, desde el punto de vista de la complejidad, de la estructuración y de la diferenciación (Laplanche & Pontalis)

La regresión es un mecanismo de defensa psíquico que consistente en la vuelta a un nivel anterior del desarrollo.

Se puede saber todo lo que hay que saber sobre la realización del yo verdadero, sobre la maduración, sobre lo que significa un progreso personal; sin embargo todo esto no va a eliminar las regresiones que le ponen a uno, una y otra vez, en ese estado desesperante de caos y confusión propio de la regresión, después de que el individuo experimenta un progreso real hacia su madurez personal. Un progreso es un desafio al sistema homeostático anterior y puede producir mucha ansiedad debido al conflicto interior, ese desgarro entre dos fuerzas que se oponen, el progreso y la regresión.

La ansiedad atrae la atención hacia ella, ¡y de qué manera!

Para dirigir la atención, en estas condiciones, al momento presente, para poder seguir progresando, hay que pasar por una sensación de "absurdo" al renunciar a hacer algo por eliminarla, es como permitir que esté ahi como amenazando detrás de la espalda. Esto es lo que habrá que intentar hacer, una y otra vez, cada vez que el monstruo de la regresión se quiera presentar, para poder seguir avanzando.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Cuando el maestro ya no es necesario


El funcionamiento del Self  (Yo como agente, Yo como experiencia y Ego) suele variar con respecto a la edad.

En la primera parte de la vida necesitamos maestros que nos enseñen a reflexionar y experiencias que nos faciliten la consecución de una razonable confianza en nosotros mismos. Ésta es la mejor manera de alimentar una autoestima cuando ésta es más bien negativa, o de afianzarla cuando ésta resulta ser más bien positiva.

"La autoestima es un silencioso respeto por uno mismo" (Dr. Elkins)

En la última parte de la vida es especialmente importante aprender a practicar el yo como presencia, o lo que es lo mismo, el "yo como experiencia", dejando que éste vaya surfeando por todo el proceso de envejecimiento, es decir, a través del camino hacia la extinción del "yo como objeto" o ego.

Esto es prepararse gozosamente para la muerte; esto es el despertar del sueño del mundo y de  la propia historia. Uno deja de necesitar un maestro cuando empieza a buscar dentro de si, más allá de los fenómenos que se presentan ante la consciencia.

La cuestión es que, para empezar a buscar dentro de sí, uno debe de empezar a esforzarse por estar presente y esto es una experiencia anodina en un primer momento. Esto último hace que sea verdaderamente difícil darse cuenta de la importancia del procedimiento.

En realidad la persona se encuentra, en un momento determinado, dentro de un estado de cierta intensidad de ausencia o presencia, dependiendo del grado de regresión o progresión. Lo primero es valorar el estado en que se encuentra uno y después tratar de dar un pasito hacia una menor ausencia o una mayor presencia.

El maestro ya no es necesario desde el momento en que uno ha comprendido y asimilado profundamente que la presencia es la via regia hacia la liberación personal, hacia la madurez, hacia la autorrealización, y está dispuesto, por lo tanto, a practicarla hasta la muerte.



lunes, 6 de octubre de 2014

Estado mental de identificación con la experiencia inmediata


Hay que considerar que las personas nos comportamos de acuerdo con el estado mental en el que nos encontramos en cada momento.

“La Función Reflexiva se define como la capacidad para imaginar y pensar acerca
de los estados mentales, tanto en uno mismo como en los demás, al servicio de construir
modelos realistas de por qué razón tiene lugar tal comportamiento, pensamiento o
sentimiento”

(Bouchard et al., 2008)

Para empezar me parece fundamental diferenciar entre el estado mental de "presencia sin juzgar", el de "presencia distorsionante" y la "ausencia disociativa" propia de la ensoñación diurna.

Es en el estado de "presencia sin juzgar" cuando se puede percibir mejor el estado mental, tanto de uno mismo como de los demás.

Un ejemplo de distorsión de la percepción de un estado mental propia de la "presencia distorsionante" sería la tendencia a interpretar buenas o malas intenciones y sentimientos detrás de los actos, tanto en uno mismo como en el otro, de forma gratuita, o más bien, siguiendo la influencia de factores mentales internos ajenos a la situación real; estos factores pueden proceder de deseos, recuerdos etc.

Verdaderamente, permancer en estado de aceptación, goce o entusiamo en un mundo limitado, cambiante y desafiante puede resultar paradógico. Sólo la distancia con respecto a las cosas, pensamientos, recuerdos, imaginaciones, emociones, personas y situaciones pude ayudar, y esto último implica una identificación con el observador, es decir, con el "Yo como experiencia", esto es a lo que en este artículo llamamos "presencia sin juzgar", es el estado mental de identificación con la experiencia inmediata.

sábado, 4 de octubre de 2014

Recomendación para daydreamers (ensoñadores diurnos)


La cuestión no es acabar con el ego, con nuestros "pecados", sino hacer que la paz sea mayor. Ama y haz lo que quieras. No hay que luchar contra la oscuridad, hay que encender la luz. No demos tanta importancia al ego, fíjémonos en la falta de presencia y sigamos el camino de salida a la luz, a la presencia.

Lo más importante que podemos hacer, el mayor acto de control, a saber, el desvio de la atención, lo podemos hacer estando acostados en la cama, aunque, en realidad, intentar realizar ese cambio de atención en la cama es todo un desafio, porque es ahí donde se puede precipitar la ensoñación diurna.

Creo que lo sensato es evitar las situaciones que dificultan el ejercicio de la libertad del foco de atención, como las situaciones o actividades que propician la ensoñación diurna y nos alejan del presente de manera radical.

En realidad lo primero es enterarse hacia dónde es bueno dirigir la atención, después buscar las condiciones que facilitan su libertad y, por último, hacer el esfuerzo de dirigirla hacia donde es conveniente, hacia el presente, hacia lo más profundo del presente, a la atención misma.

Y lo más importante, cuando "despiertes" sonrie y deja que fluya cualquier tipo de sentimiento de culpa.

https://www.youtube.com/watch?v=4Q_z2WkSKTc

lunes, 29 de septiembre de 2014

Eckhart Tolle y la psicología humanista


Lo que vengo a decir, en mi artículo sobre la experiencia que experimentó Eckhart Tolle a los 29 años, es que a lo que renunció es a esa parte del "Yo como objeto" o ego que tiene que ver con los aspectos del superego.

Sus ansias de libertad y autenticidad quedaron intactas.

Se dió cuenta de que lo importante es el "descanso", o dicho de otra forma, que era más importante el entreacto que la obra misma; obra escrita y dirigida por el superego.

En el entreacto se manifiesta el "caos", la falta de polarización, polarización propia del guión.

Del "caos" surge la consciencia misma, la fuente de toda inspiración.

Tal vez la aportación de la psicologia humanista, con Karen Horney como precursora desde el psicoanálisis, consistió en dejar de interesarse por el superego para condecer, por su parte, un mayor reconocimiento a la libertad de la persona y a las propias directrices alojadas en su ser, o en el yo verdadero como ella lo denominaba.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Sentimientos de abandono y madurez

 
Algunas veces, las personas se sienten solas, como abandonadas y con una sensación de miedo o desamparo. Algo así tiene que sentir un niño cuando aún necesita de los cuidados de su madre para sentirse bien y se siente frustrado cuando no obtiene de ella la atención necesaria.

Cuando se es adulto y aún persiste esa dependencia...habrá momentos en que uno sienta esa carencia. En la práctica de la presencia aprenderá a abrazarla, sin miedo, hasta que se vaya diluyendo en el mar de la consciencia.

Todavía solemos reaccionar a si nos sentimos bien o nos sentimos mal, y esas son cosas del mundo, que es, en sí, impermanente. El niño no lo sabe y podría llegar a enfermar por abandono.

Sin embargo el adulto, con un conocimiento que el niño no tiene, puede distanciarse de sus sensaciones y descansar tranquilamente en el gozo del ser, pase lo que pase, y es el logro de ese estado al que llamamos madurez.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Los ricos también lloran


Que alguien sea más feliz que otras personas, que tenga mejor autoestima, que sea más capaz y que haya tenido mejores condiciones, no quiere decir que no sufra, sin embargo, al estar más dependiente de que el mundo le haga feliz, está en muchas ocasiones menos motivado para profundizar en el "yo" del que procede el gozo de vivir, el cual no depende de lo que pase o no pase en la vida; es el gozo de la vida misma, no de lo que ocurra en ella.

La sabiduria, basicamente nos viene a decir que normalmente pasamos por alto el gozo que se halla escondido en cada momento que vivimos, sea como sea ese momento, y ponemos nuestra atención y esperanza en la idea de sentirnos mejor en un futuro más satisfactorio. "Renunciamos" al gozo, siempre presente por el hecho de vivir, y ponemos nuestra fe en el mundo de las formas y objetos impermanentes donde esperamos placer, unas veces del mundo real y otras del mundo disociado de la fantasía o ensoñación diurna.

El camino de vuelta a casa requiere primero una reflexión, la reflexión sobre el error primordial, la identificación exclusiva con el "Yo como objeto"; después una decidida opción por estar presente y una actitud de aceptación de la forma que adquiera éste. Una consciencia espaciosa que no se quede sujeta a nada en especial, a nada a lo que se pueda nombrar, a ningún árbol que nos impida ver el bosque, a nada a lo que juzgar.

sábado, 13 de septiembre de 2014

La identidad egoica es como un iceberg


La identidad egoica o "yo como objeto" está compuesta de pensamientos y el habla interna que éstos producen, sensaciones corporales, emociones, sentimientos, recuerdos, expectativas, deseos, planes, imágenes, imaginaciones, valoraciones, exigencias y debieras, "posesiones"en fin, todo un enjambre de fenómenos, rodeados todos ellos por la "piel" del propio nombre, todo lo cual se vive como algo sólido que forma lo que creemos que somos.

En realidad esa convicción de solidez de lo que creemos que somos es una ilusión y sólo tenemos que dejar que vayan sucediéndose todas esas vivencias, una detrás de otra, para ver que, en realidad, somos el testigo de todo ese movimiento.

La práctica espiritual o crecimiento en madurez, como quiera que queramos llamarlo, consiste en ir soltando todas esas sensaciones que, hasta el momento, se hallan solidificadas en nuestro interior.

Se trata de ir dejando que se deshiele el agua que forma el iceberg, o identidad egoica, permitiendo que se vaya diluyendo en el mar de la consciencia, en el "yo como experiencia".

viernes, 12 de septiembre de 2014

Caos y polarización.


"El caos habitualmente se refiere a lo impredecible. Caos deriva de la raíz ghn o ghen del lenguaje protoindoeuropeo ("hueco", "muy abierto")" (Wikipedia)

"Polarización es el proceso por el cual en un conjunto originariamente indiferenciado se establecen características o rasgos distintivos que determinan la aparición en él de dos o más zonas mutuamente cargadas" (Wikipedia)

Polarizar es concentrar la atención o el interés en una cosa (Cuarta acepción del diccionario de la lengua española, Espasa-Calpe)

La mente humana se encuentra, en su estado más primitivo, en un estado de indiferenciación original, al que podemos denominar "caos primario".

La formación posterior, que construye la persona, de un "yo ideal", con su árbol de metas correspondiente, sirve a la función de orientar a la mente. Sin embargo no puede evitar que su polo opuesto, el "yo degradado", procedente de experiencias dolorosas, luche por hacerse notar, abriéndose a la consciencia. La atención o el interés de la consciencia gira normanlmente alrededor de esta polarización.

El sufrimiento por la confusión que produce esta dinámica conflictiva, o polarización, entre el "yo ideal" y el "yo degradado" nos puede llevar, como salida o solución, a la práctica de la presencia, el cual nos acerca al "caos primario", del cual ya podemos llegar a confiar cuando alcanzamos la suficiente madurez psicológica.

En todo este proceso de maduración psicológica, sería la reflexión tan importate como el despliegue de los programas biológicos. La guinda a todo este proceso de maduración sería el crecimiento en presencia a través de la práctica de lo que se ha dado en llamar mindfulness.

Identificamos el "caos primario" con la luz de la consciencia sin contenido, con la falta de forma, con el espacio capaz de contener cualquier "objeto".

Cada uno de nosotros somos vida sin forma; parte del "caos primario" que forma el Universo y del cual todos, en lo más profundo, hemos formado, formamos, y seguiremos formando parte.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

La polarización de la mente


La mente humana, por su naturaleza conflictiva, se halla sumida, en el fondo, en mitad de una confusión básica; una confusión de la cual le suele salvar, normalmente, la polarización de los pensamientos, emociones y actividades puestas al servicio del logro de una meta.

De ahi la importancia que se le da a encontrar un sentido a la vida.

No obstante, incluso alguien bien motivado hacia el logro de un objetivo pasa, inevitablemente, tarde o temprano, por periodos en los que se vuelve a poner en contacto con sus conflictos interiores y su desesperación correspondiente.

Esto último, aunque se suele interpretar como algo negativo, no es más que el esfuerzo que realiza nuestro ser más profundo para recordarle a la mente que ella no es más que una máquina de resolver problemas, y que la vida está en otro sitio, en un lugar tan cercano que no se requiere hacer nada, ni recorrer ningún camino ni esperar más tiempo.

Basta con volver a estar presente, aún cuando, en un primer momento, debamos permitir que la confusión básica de la mente nos haga sentir mal antes de poder disfrutar del gozo de vivir, el cual se halla más allá de los conflictos interiores.

Si estás cansada, y no puedes seguir con la polarización de tu mente, vuelve a "casa" y descansa; descansa aqui y ahora, en el lugar donde puedes encontrarte de nuevo, donde puedes volver a ponerte en contacto con tu energia, con la vida misma.
 

jueves, 4 de septiembre de 2014

La experiencia de Eckhart Tolle


Parece ser que Eckhart Tolle culminó, con una excelente calificación, su grado en Lengua y Literatura en la Universidad de Londres.

Tras este logro, se pasó un año en el que no hizo nada y durante el cual sufrió mucha ansiedad, más ansiedad que nunca, con ideas de suicidio ocasionales.

Una noche, en este periodo de su vida, con 29 años, hizo un cambio psicológico de la noche a la mañana, un cambio tras el cual se empezó a sentir en paz, libre de los padecimientos del estado de ánimo que le habían estado atormentado con anterioridad.

Yo descartaría un proceso de disociación en este caso por la sencilla razón de que no existe ningún distanciamiento de la realidad; Eckhart Tolle parece haber estado en todo momento muy consciente de todos sus procesos psicológicos, desde un estado de aceptación, incluido el "cuerpo-dolor".

Para empezar, es evidente que tras un proceso inconsciente, alimentado por su gran inteligencia, fue capaz de renunciar a algo importante para él hasta ese momento. Consecuentemente vivió una liberación al dejar de estar tan angustiado por su conflicto interior. 

Posteriormente fue construyendo una visión de lo que le había ocurrido, una visión basada en las enseñanzas y lecturas de maestros espirituales, y elaboró en los años siguientes una explicación que encajaría con lo que se suele denominar, en ciertos sectores, el despertar espiritual.

Mirándolo desde un punto de vista psicológico, me da la impresión de que Eckhart Tolle siempre defendió con tenacidad su autenticidad, hasta el punto de negarse a ir al colegio a partir de los 13 años, algo que odiaba. Pero a la vez siempre mostró intensos deseos de saber.

Se preparó por su cuenta y llegó a poder matricularse en la Universidad de Londres finalizando su grado en Lengua y Literatura, como ya hemos dicho, con gran éxito.

Se ve que, a la vez que defendía su integridad y libertad interior con uñas y dientes, albergaba el deseo de dar satisfacción a sus padres con el éxito académico y en la vida en general.

Tal vez renunció al deseo de satisfacer las expectativas paternas (o maternas) y se entregó de lleno a la tarea de desentrañar el misterio de la vida.

Echemos un vistazo a "Resignación; el recurso a la libertad" de Karen Horney (Madurez y Neurosis)

"La tercera solución mayor de los conflictos interiores consiste esencialmente en la retirada del neurótico del campo de batalla interior, declarando que no le interesa. Si puede lograr y mantener una actitud de indiferencia, se siente menos turbado por su conflictos interiores y puede obtener una semblanza de paz interior. Como sólo puede hacer esto renunciando a la vida activa, la "resignación" nos parece el término apropiado para esta solución. Es la más radical de todas las soluciones y, por lo tanto, frecuentemente produce condiciones que permiten un buen funcionamiento.

La gente desapegada y resignada puede ser poco práctica, inerte, incapaz y difícil de tratar a causa de su actitud de desafío ante la influencia y la intimidad, pero posee, en grado mayor o menor, una sinceridad esencial, una inocencia en sus más íntimos pensamientos y sentimientos, que no se deja corromper por el atractivo del poder, del éxito, del halago o el "amor".

Primero vimos que las evasivas y restricciones eran puestas al servicio de la integración. Luego vimos también que eran determinadas por una necesidad de libertad, sin conocer aún su significado. Ahora comprendemos que necesitan libertad de complicación, influencia, presión, libertad de los hierros de la ambición y la competición, para conservar su vida interior inmaculada"

Yo a estas observaciones de Karen Horney añadiría lo siguiente

El poder de la renuncia siempre está ahí:

Cuando deseamos algo porque lo consideramos muy importante, o indispensable, hacemos todo lo posible por conseguirlo, pero si no lo logramos, nos sentimos desesperados, y pasamos a un estado en el que lo que esperamos es que, lo que necesitamos, nos sea facilitado con ayuda externa; si esto último tampoco se produce, nos sentimos desvalidos.

Cuando ambos sentimientos se combinan, o sea, desesperación y desvalimiento, se queda el organismo cuerpo-mente vulnerable a todo tipo de trastornos (George L. Engel, " The giving up-given up" complex)

Sólo la renuncia a aquello que estábamos deseando, o más bien "necesitando", nos puede sacar de esa situación tan propicia a la enfermedad.


Este proceso podría ser acelerado con la práctica de una intensa presencia, pero seguramente debe ser precedido por la consecución de un estado de renuncia a algo que, hasta ese momento, se ha estado deseando con intensidad.

Ahora la pregunta es ¿podemos hacer algo para llegar a renunciar o es un proceso de gracia (inconsciente), con alguna relación con el tiempo transcurrido, factores de la personalidad, etc, proceso semejante al del perdón?

Da la impresión de que la única salida es el crecimiento en presencia; puede que Eckhar Tolle no supiera dar una explicación psicológica de su experiencia, pero logró hacerse, a través de su investigación posterior, con una herramienta muy útil para llegar al mismo resultado.

A Eckhart Tolle le debemos la motivación que nos ha proporcionado para estar presentes y en contacto con la consciencia misma; tenemos que agradecerle sus esfuerzos por liberarnos de los pensamientos inútiles, perjudiciales y constantes que casi llenan el día a día y también tenemos que agradecerle su generosidad de ser transparente, tanto que nos ofrece la posibilidad de comprender los mecanismos psicológicos que probablemente pudieron subyacer a su radical cambio personal.


Rafael San Andrés

miércoles, 3 de septiembre de 2014

El desencanto de la espiritualidad


Sería interesante determinar las reflexiones básicas necesarias antes de la decidida práctica de la presencia para evitar caer en el desencanto de la espiritualidad. En realidad nunca podemos prescindir de la reflexión, como tampoco es posible evitar pasar por periodos de desencanto de la espiritualidad, y es precisamente en esos periodos cuando debemos retomar la reflexión para poder seguir adelante.

Una de las observaciones más importantes sería la del reconocimiento de las repercusiones o reacciones que siguen a cada avance. Las repercusiones son desesperantes y le arrojan a uno a la autodesconfianza y al autodesprecio, todo lo cual estaba ya en la base de la persona antes de comenzar sus ejercicios de presencia.

El ego lucha por sobrevivir y al comienzo podemos subestimar su extraordinario poder.

Todo el ego, en su mayor parte inconsciente, se va poniendo al dia, una y otra vez, recordándonos que no nos acabamos de conformar, que aún queremos y esperamos la gloria y que, en la medida que nos apartamos de nuestro yo ideal, nos despreciamos y nos sentimos culpables y avergonzados.

Un avance o la experiencia del poder de una mayor presencia puede dar lugar a la ilusión de que aún es posible alcanzar el yo ideal propio de la neurosis y esta ilusión da lugar a un autoodio renovado al comprobar el individuo que aún tiene humillantes limitaciones.

La reflexión más importante, segun Eckhart Tolle, parece ser la certeza de que el momento presente es lo único que existe y que éste es la vida misma, por lo que tener una relación disfuncional con él, es decir, no aceptarlo, en espera de un futuro de satisfacción donde esperamos encontrarnos o sentirnos llenos, no puede llevarnos más que a una decepción continua.

De esta manera, huyendo del aqui y el ahora, nos perdemos, al mismo tiempo, el momento donde realmente podemos disfrutar de nuestra existencia, del espíritu, nuestro verdadero yo, libres de los pensamientos que nos mantienen cautivos de debieras y exigencias. Debieras y exigencias para llegar a ser un yo ideal que nos promete la felicidad pero que, en realidad, nos ofrecen el infierno.

Deducimos, pues, que paralelo a un avance espiritual es necesario seguir un proceso de maduración psicológica.

Los tres avances psicológicos, segun Karen Horney, que indican una liberación de la neurosis y, por lo tanto, una mayor madurez, serían:

Una mayor aceptación de las propias limitaciones, hacerse responsable de sí mismo y estar dispuesto a ocupar en el mundo el sitio que a uno le corresponde.

Para finalizar, indicar los dos obstáculos que considera John Welwood como los más importantes en el auténtico progreso espiritual; el bypass espiritual, del que ya hemos hablado con anterioridad, y sólo recordar que se trataría de utilizar la espiritualidad para evadirse de problemas pendientes de maduración, y el superego espiritual, que no sería más que un desplazamiento de las exigencias neuróticas que se hace uno a si mismo habitualmente, pero trasladado a la idea de que uno no hace lo suficiente o se siente culpable por no ser lo espiritual que debiera, porque no medita lo suficiente etc.

Y por último, tal vez lo que lleva algunas veces al desencanto es la desorientación, el tener una idea errónea de lo que es la espiritualidad.

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