miércoles, 25 de septiembre de 2013

Cómo se va deteriorando la capacidad de relacionarse...



Y así es como vamos haciéndonos viejos.

Llegamos a estar, con los años, cargados de heridas, recuerdos amargos, resentimiento y vamos cortando los lazos con unos y con otros y nos vamos quedando más solos que la una.

Cómo pesa el pasado, no podemos desprendernos de él. El pasado nos da una identidad a la que nos agarramos desesperadmente porque creemos que sin ella moririamos, o no seriamos nada.
No son los años lo que nos hacen viejos, sino la amargura, el miedo, la falta de fe.

¿Es posible recuperar la inocencia?

Sí, dejando atrás el pasado y apartando el miedo de en medio. Es atrevernos a amar de nuevo, a amar al ser humano que tenemos en frente; él nunca es ni peor ni mejor que nosotros, la muerte nos iguala, y no sólo eso, somos la misma chispa divina, la cual no apreciamos por tanto ruido que tenemos en la cabeza.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Al ir a dormir...


Algo nos pasa cuando nos va cogiendo el sueño poco a poco. Nos sentimos tan cansados que deseamos que las sensaciones, pensamientos e imagenes que tenemos sobre nosotros mismos nos dejen en paz y permitimos que se disuelvan como fantasmas e ilusiones artificiales, las cuales hemos tenido necesidad, durante el dia, de defenderlas con uñas y dientes. Una defensa agotadora de la ficción imaginaria sobre nosotros mismos, con sus múltiples papeles.

Durante el dia nos sentimos una unidad completamente separada del mundo y de los demás, lo que nos genera una gran necesidad de defendernos y de alcanzar cualquier cosa que pudiera fortalecer nuestra identidad, la imagen intocable que tenemos de nosotros mismos.

Sin ella creemos que podriamos morir y sólo nos permitimos dejar todo ese peso del "Yo soy esto y esto y lo otro" cuando de alguna manera nos entregamos a la pequeña muerte que simboliza el dormir profundo.

Cuando nos vamos quitando la ropa, nos vamos desprendiendo a su vez de los egos que habitan nuestra mente, porque en el fondo sabemos que también tenemos que descansar de ellos.

Si cuando está usted ya en la cama y le da por darle vueltas a una afrenta, o le invaden miedos desproporcionados, es que no se ha desnudado bien de sus exigencias sobre el mundo. Deje al mundo en paz y ponga sus problemas en manos del Ser universal, el cual se encargará de ayudarle a responder adecuadamente al desafio que se le presente en el lugar y momento preciso.

 

domingo, 15 de septiembre de 2013

El problema


El problema no es dónde estoy, ni este momento; el problema no es el tiempo oscuro y plomizo, ni siquiera cómo soy ni que estoy solo, el problema es que estoy sin ti.

https://www.youtube.com/watch?v=J5AkDuZGghQ

martes, 3 de septiembre de 2013

Guerra y aburrimiento


Pues verán ustedes, a mi modo de ver la cosa es tan simple que asusta. La guerra se acaba haciendo por puro aburrimiento.

La guerra es como una droga. Algunos militares confiesan que los tiempos de guerra son los mejores de su vida. La gente se pone hambrienta de noticias sobre ella y asi ocurre, por ejemplo, que tras la primera guerra de Irak, muchos en el Reino Unido cogian hasta depresiones por no tener ya el estímulo televisivo diario de las novedades sobre lo que estaba ocurriendo en el Golfo.

En tiempos de caos y confusión, como en las grandes depresiones económicas, el inconsciente de las masas parece pedir a gritos algún tipo de guerra que lo solucione todo.

El aburrimiento es una cosa terrible, amigos, la desesperación que produce nos puede arrastrar a barbaridades que más tarde tenemos que lamentar.

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